Culiacán: nuevas protestas por la paz y narcomantas dirigidas a Sheinbaum y Rocha

El 26 de enero de 2025, Culiacán fue escenario de una nueva jornada de manifestaciones a favor de la paz, que se realizaron en el contexto de un clima de creciente indignación por la violencia en el estado.

Miles de personas marcharon por las calles del centro de la ciudad, exigiendo justicia por el asesinato de Gael y Alexander Sarmiento Ruiz y su padre, Antonio Sarmiento Ruiz. Los participantes, vestidos con camisetas blancas y portando carteles, clamaron por el fin de la inseguridad y la violencia que azotan a la región.

La marcha comenzó en la Catedral de Culiacán y recorrió diversos puntos de la ciudad, donde se escucharon consignas como “¡Fuera Rocha!” y “¡Somos más los que queremos paz!”. Estos gritos fueron dirigidos al gobernador Rubén Rocha Moya, quien ha sido objeto de fuertes críticas por la creciente violencia en Sinaloa. Muchos manifestantes exigieron su renuncia, apuntando a la ineficacia de su gobierno para controlar la situación de inseguridad en el estado.

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El descontento popular también se reflejó en actos de protesta en el Palacio de Gobierno, donde los manifestantes rompieron vidrieras y muebles tras ser rechazados por las autoridades locales, que no recibieron a los manifestantes. En un acto simbólico, los protestantes también quemaron una figura del gobernador Rubén Rocha Moya, como muestra de su rechazo hacia su gestión.

Esta no fue la primera manifestación en la semana. El 23 de enero, una marcha similar se llevó a cabo en la Escuela Primaria Sócrates, con el mismo objetivo de exigir justicia por el asesinato de los Sarmiento Ruiz.

En este contexto de manifestaciones y creciente tensión, Culiacán amaneció con varias narcomantas dirigidas a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y al propio gobernador de Sinaloa. Aunque aún se desconocen los detalles exactos de su contenido, las narcomantas son un medio utilizado por grupos del crimen organizado para enviar amenazas o mensajes políticos. Este hecho, que ocurre en un momento de gran consternación social, añade más presión sobre las autoridades y aumenta la incertidumbre en la región.

La presidenta Sheinbaum había expresado previamente su compromiso con la seguridad en Sinaloa, pero también mostró escepticismo respecto a la veracidad de las narcomantas que han aparecido en los 5 meses de gobierno que lleva. Según su declaración, estos mensajes “a veces no necesariamente dicen la verdad, sino que mandan otros mensajes”.