Simulacro en el Palacio de la Corregidora, un recordatorio del apoyo mutuo de los mexicanos
El simulacro en México es parte de un esfuerzo nacional por fomentar una cultura de prevención, pero sobre todo el sentimiento de apoyo mutuo que se ha vuelto un sentimiento cultural tras la devastación que vivió nuestro país que los sismos de 1985 y 2017, ambos acontecidos un 19 de septiembre
El Palacio de Gobierno de Querétaro, adornado con los colores patrios, fue escenario de un simulacro de evacuación que destacó la tradición de preparación ante emergencias, instaurada hace casi cuatro décadas. En todo el estado, más de 159 mil personas participaron en este ejercicio, diseñado para fomentar la seguridad y la rápida respuesta en caso de desastres, en conmemoración de los sismos de 1985 y 2017.
El jefe de batallón de los Bomberos de Querétaro, Emanuel Hernández, estuvo a cargo de las operaciones. “Nosotros recibimos un reporte de un incendio en una estructura, por lo que despachamos tres unidades y siete elementos al evento”, explicó. En menos de 2 minutos y 44 segundos, 220 trabajadores y visitantes fueron evacuados del Palacio de Gobierno, demostrando la efectividad del protocolo.
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Este tipo de simulacros, realizados el 19 de septiembre de cada año, rinden homenaje a las víctimas de los devastadores terremotos. En 1985, un sismo de magnitud 8.1 sacudió la Ciudad de México, dejando miles de muertos y una profunda huella en la conciencia nacional. Tres décadas después, en 2017, otro terremoto de magnitud 7.1 afectó nuevamente a la capital y otras zonas del país, poniendo a prueba las lecciones aprendidas en materia de prevención.
Emanuel Hernández destacó la importancia de estos ejercicios para toda la ciudadanía. “Es muy importante conocer cómo actuar, porque no sabemos en qué momento sucederá una emergencia real”, comentó. La evacuación rápida y ordenada refuerza la capacidad de respuesta ante cualquier eventualidad que pudiera surgir.
El simulacro contó con la participación de brigadistas, bomberos y personal de protección civil, quienes coordinaron la operación y demostraron una vez más su compromiso con la seguridad pública. Estos ejercicios se han vuelto una tradición para mejorar la respuesta en situaciones de emergencia, minimizando riesgos y protegiendo vidas; pero también, como recuerda Hernández, son un recordatorio del espíritu de apoyo mutuo de los mexicanos.