El voto no es familiar: coacción y presión en del sufragio
Que un miembro de la familia impongan sus preferencias electorales puede ser una violación grave, especialmente cuando lo hace con la intención de influir o eliminar la libertad de elección de un votante
El voto es una decisión personal y un derecho que debe ejercerse en total libertad; sin embargo existen sistemas de coacción del voto. Los más conocidos son los catalogados como delito electoral, como compra de votos y la intimidación, pero hay otras formas de influenciar el sufragio más sutiles y más difíciles de identificar.
La presión social y familiar es un factor de peso para determinar a quién va a beneficiar el voto, las personas escuchan a aquellos que creen líderes de opinión dentro de cualquier grupo. En países más conservadores, con sociedades altamente patriarcales, es frecuente el llamado “voto familiar”; donde el jefe de familia influye en la decisión electoral de los miembros de dicha familia.
De acuerdo con la Red de Conocimientos Electorales el que un miembro de la familia impongan sus preferencias electorales puede ser una violación grave, especialmente cuando lo hace con la intención de influir o eliminar la libertad de elección de un votante.
La familia también puede influir a la inversa, Alejandro Navas, profesor de Sociología de la Universidad de Navarra realizó un estudio el que encontró que los hijos, especialmente cuando son muy jóvenes, votan por el candidato contrario al que simpatizan sus progenitores.
“Los adolescentes buscan su propio lugar en el mundo y sienten un rechazo transitorio y provisional hacia lo que dicen, piensan y hacen sus padres”, explicó el académico.
Las mujeres también han debido combatir las imposiciones electorales a lo largo de la historia, y aunque aún existen familias en las que el poder de un hombre su pareja puede atentar contra el derecho al voto libre y secreto de las mujeres no existen estadísticas certeras, pero se estima que cada vez este fenómeno es menos frecuente.
El voto es libre y secreto, y si bien todos tenemos derecho a compartir nuestras ideas y formarnos una opinión con base a la de nuestros pares, al final la decisión es completamente personal.
No lo olvides, este 2 de julio sal y vota.