Querétaro uno de los dos estados que prohíben la gestación subrogada

En América Latina, la gestación subrogada no está regulada legalmente en la gran mayoría de los países e inclusive en México únicamente dos entidades, Querétaro y San Luis Potosí, lo prohíben explícitamente en su normativa.

La Ciudad de México, Tabasco y Sinaloa son las entidades en donde si se tiene como tal una regulación en sus códigos civiles; en contraste el resto del país se encuentra en un limbo jurídico en lo que respecta a la gestación subrogada.

A nivel región Cuba es el último país en permitir la “gestación solidaria”, según su nuevo Código de las Familias refrendado el pasado mes de septiembre; y otros dos países, Brasil y Uruguay, lo permiten de forma muy restringida.

En el resto de los países que componen a la América Latina, este proceso no se regula ni se prohíbe, por lo que existe un vacío legal; que en muchas veces pone en mayor riesgo a las mujeres.

Este tema ha sido muy polémico y uno de los principales argumentos en contra, es que la permisión de la gestación subrogada puede promover la explotación de mujeres con escasos recursos. Sobre todo en sociedades con enormes índices de desigualdad como ocurre en muchos países de latinoamérica; reflexionó David Martínez Zorrilla, Director del programa de Doctorado de Derecho, Política y Economía de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Pese a que existen argumentos a favor y en contra, como el libre consentimiento o el derecho a la maternidad/ paternidad; a través de los cuales se justifica que se permita la gestación subrogada siempre y cuando la mujer implicada lo haya decidido en total libertad y con pleno consentimiento.

Sin embargo, las brechas de desigualdad y los graves problemas económicos que atraviesan a las poblaciones en latinoamérica y varias regiones del mundo hace que los argumentos que señalan que su regulación no es suficiente para evitar que millones de mujeres sean orilladas por sus carencias, más que por su voluntad, a recibir un pago por gestar.

Ante ello el especialista plantea la posibilidad de que en lugar de ser objeto de una transacción comercial que puede llegar a asimilarse a una compraventa de una persona, se trata de un acuerdo a título gratuito. En este caso, se trataría de un favor o un sacrificio que se asume desinteresadamente para que otra persona pueda ser madre/padre, y no como un medio de enriquecimiento, además de eliminar el riesgo de explotación.

“Además, naturalmente, deberían mantenerse los protocolos y garantías para que la decisión sea libre e informada, e idealmente, sería preferible establecer mecanismos de control previo de la idoneidad similares a los de la adopción.En cualquier caso, se trata únicamente de una propuesta tentativa, por lo que las conclusiones pueden ser distintas en la medida en que se aporten mejor”, concluyó.