“No estamos preparados” en caso de una erupción fuerte en el Popocatépetl
Aunque el nivel del semáforo implica la necesidad de estar preparados, lo cierto es que las carreteras están dañadas, no hay albergues suficientes y no hay rutas de evacuación bien señaladas
En 1994, ‘Don Goyo’, revivió iniciando una actividad que desde entonces no ha cesado y que le ha llevado a registrar eventos como el de este fin de semana, en el que se observa una “actividad explosiva mayor o similar a lo que se ha observado la semana pasada”, por lo que la ciudadanía podría estar relativamente tranquila, consideró Gerardo Carrasco, titular investigador del Centro de Geociencias de la UNAM Juriquilla.
Sin embargo, y aunque existen indicadores que permiten conocer el estado del volcán a través del sistema de monitoreo de la UNAM y del Consejo Nacional de Prevención de Desastres, el científico recordó que los sistemas volcánicos son fenómenos naturales “con pronósticos difíciles” por lo que la incertidumbre continúa, sumado a que la ciudadanía y el gobierno no están preparados para una eventual explosión mayor.
“Todo debe estar preparado para la evacuación porque es el nivel de alerta. Cuando viene una actividad mayor empieza a preocuparse y a darse cuenta que no estamos preparados. Los caminos están en malas condiciones, los albergues no existen, las rutas de evacuación no están señaladas… nos agarran nuevamente con problemas”, explicó.
Asimismo, recordó que de tratarse de una erupción “que lance una columna de varios kilómetros a la atmósfera”, dependerá de la dirección del viento los territorios que afectaría, por lo que se tendría que construir un mapa de peligros que registre desde afectaciones por ceniza, hasta las tierras que podrían ser afectadas por lava o ríos con desechos viajan a gran velocidad y se conocen como “lahares”.
“En el mapa de peligros se puede ver cuál afectará esa área, no solo es ceniza, puede ser lava, o eventos más peligrosos como los flujos piroclásticos, que son estas nubes que van viajando pendiente abajo, muy calientes y a gran velocidad, y de las cuales es muy difícil escapar; o un flujo de lodo que se conocen como lahares”, explicó.
Por ahora, las afectaciones se encuentran únicamente en zonas cercanas al Popocatépetl, en los estados de Puebla, Hidalgo y Estado de México, donde se ha registrado caída de ceniza, por lo que las autoridades han recomendado el uso de cubrebocas, entre otras medidas para manejar el desecho.