“El sistema económico nos está llevando a una crisis y la capacidad de la naturaleza está llegando a su límite”: Samantha César
Samantha es representante del Consejo Nacional Indígena de la comunidad de Amilcingo, Morelos, lugar en donde sus habitantes han impulsando movilizaciones en contra de Proyecto Integral Morelos (PIM).
“El sistema económico nos está llevando a una crisis y la capacidad de la naturaleza está llegando su límite”, refirió Samantha César, representante del Consejo Nacional Indígena de la comunidad de Amilcingo, Morelos, lugar en donde sus habitantes han impulsando movilizaciones en contra de Proyecto Integral Morelos (PIM) que contempla la operación del gasoducto, un acueducto y la puesta en marcha de una termoeléctrica.
“El crecimiento económico pero, ¿a costo de qué? de despojo, de violencia, de muerte y es muy difícil porque se nos acusa a nosotros, las comunidades originarias, de por qué nos oponemos”, refirió Samantha, quien sostuvo un diálogo con la periodista Sonia Corona y la documentalista Luciana Kaplan, sobre el largometraje “La Vocera”.
Para Samantha, los megaproyectos que se crean en nombre del desarrollo económico, solo han dejado consecuencias en las comunidades en donde se crean, como el despojo de las tierras, enfermedades y rupturas en la colectividad y el cuidado.
Samantha enunció las violencias que viven al oponerse a esos megaproyectos que atentan contra las comunidades. Por ejemplo, en Amilcingo vivía Samir Flores, campesino náhuatl y comunicador mexicano, quien participaba activamente en la organización de su comunidad contra la termoeléctrica, pero en 2019 fue asesinado.
“El sistema económico nos está llevando a una crisis, y la capacidad de la naturaleza está llegando a un límite. La brecha es muy grande entre lo que son nuestros derechos y la realidad para que se te cumplan. Y quienes nos organizamos atravesamos difamación en los medios de comunicación, campañas de desacreditación, encarcelamientos y muertes de compañeros“, añadió
Sobre cuál ha sido el papel de María de Jesús Patricio, médica tradicional nahua y vocera del Concejo Indígena de Gobierno, quien en 2018 se convirtió en la primera aspirante indígena a una candidatura presidencial, propuesta por el Concejo Indígena de Gobierno del Congreso Nacional Indígena (CNI), Samantha César refirió que su labor ha sido ser vocera de las decisiones que se toman colectivamente por los 71 concejales.
Explicó que, antes de que permitieran a la documentalista Luciana Kaplan, directora de “La Vocera”, tuvieron que consultarlo en una asamblea.
“Las decisiones colectivas son lentas y los procesos son muy diferentes a los tiempos de otros espacios y otras lógicas. Creímos que era importante que se difundieran estas luchas, -a través del documental-, porque los medios de comunicación están comprados, pocos son los espacios para contar esto”.
El documental dirigido por Kaplan, narra el transitar de María de Jesús para conseguir su registro como candidata independiente a la presidencia de México, y la organización comunitaria que hubo en el camino; además, se retrata las distintas problemáticas de aquellas localidades originarias que la Vocera recorrió.
“Nosotros no estábamos buscando la presidencia, sino irrumpir en un espacio controlado por la clase política y denunciar lo que está pasando en este país, todo el despojo que hay en nuestros pueblos, llamar a la organización y evidenciar que los procesos y más transformaciones que necesitamos en nuestro país no va a ser a través de un proceso electoral, decir lo que está pasando, el despojo. Por eso designamos a una vocera”, indicó.
Por su parte, Luciana Kaplan, quien también fue directora del documental “Rush Hour” (2017), dijo que la elaboración del “La Vocera” comenzó con la necesidad del momento histórico que se vivía tras la postulación de María de Jesús Patricio para buscar una candidatura independiente en el proceso electoral de entonces.
Recordó que fue un proceso de mucha paciencia, pues tuvieron que respetar los procesos del propio CNI; además de que el 80 por ciento de las grabaciones fueron en otras partes del país, lo que implicó más tiempo para filmar.
“Estrés como documentalista, aprendes a ser muy pacientes, si queriamos mostrar la importancia de la comunalidad. Fueron dos años filmando, para entrar a todos esos espacios había que tener respeto y un ejercicio de paciencia. Además queríamos que hubiera otras voces de otras comunidades y que se entienda que es una lucha que está sucediendo en todo el país”, concluyó.