Daniela Tarazona: “Quise escribir acerca de la transformación que se vive con el duelo”
En entrevista con Códice Informativo, la autora compartió que su primera obra “El animal sobre la piedra” aborda la transformación del cuerpo desde lo fantástico, lo mágico y lo kafkiano.
En el 2003, la escritora mexicana Daniela Tarazona vivió la pérdida su abuela materna, quien ha sido su influencia y por quien tuvo acercamientos a literatura, ya que ella era poeta. A partir de ese suceso, comenzó a escribir su primera obra “El animal sobre la piedra”, que se publicó por primera vez en 2008. Su narrativa deambula entre la literatura fantástica y la ciencia ficción, y se coloca desde lugares fronterizos que le atraviesan el cuerpo.
Ella misma recuerda que “El animal sobre la piedra” y esa narración que aborda la transformación del cuerpo desde lo fantástico, lo mágico y lo kafkiano, también se relaciona con experiencias personales que han conformado sus obras literarias.
“Lo que atravesé corporalmente para ese libro, fue la pérdida de mi abuela materna. Fue una primera pérdida en mi vida y que me transformó y quise escribir un libro que fuera acerca de eso, acerca de esa transformación que se vive con el duelo y aquí es una transformación extendida a lo corporal, a todas mutaciones, no solamente a la cuestión emotiva, sino llevarla a esa cuestión física“, cuenta en entrevista para Códice Informativo.
Reflexiona en que su escritura cruza mucho su corporalidad; para ella es muy importante la manera en que logra escribir acerca de los cambios, de las transformaciones, y de cómo están sujetas, sobre todo las mujeres, a una serie de alteraciones en las que viven de manera habituada a ellas.
“A mí me importaba mucho, en este libro, el hacer constar todas las variaciones, las nuevas circunstancias en las que nos encontramos de repente, pero que son como cíclicas y que no dejan de producirse en el cuerpo y el cuerpo también es un tema de mi segunda novela “El beso de la liebre”, ahí me importó mucho tratar el tema desde la cirugía plástica y desde otros lugares”, añade.
Por eso su escritura regresa constantemente a esos duelos, a las pérdidas, a los traslados y a los movimientos, pues considera que son acontecimientos de la vida, trágicos o no, que disparan a la humanidad hacia otras direcciones, tal vez no desde el sufrimiento mismo, sino desde la mutación misma, tal como lo hace Irma, la protagonista de la primera novela de Tarazona.
“Para mí la escritura es algo que me da mucha satisfacción porque soy una persona bastante incómoda en el mundo, muchas veces, y solo a través de escribir, leer y tener contacto, apreciar alguna expresión artística, por ejemplo, me gusta mucho el teatro, y ahí hay algo que se acomoda. Hay algo que toma un lugar más amable en la vida“, comparte.
Piensa que esa incomodidad ante el sistema y el funcionamiento de las cosas, tiene que ver con el lugar político desde el que se enuncia y que ha ido construyendo desde aspectos personales hasta el contexto social de México que le rodea; advierte que ese lugar constantemente la confronta, por lo que de manera frecuente se encuentra en rechazo ante cuestiones de la realidad.
“Me hace estar en una situación de rechazo a cuestiones que ocurren en la realidad. Sí, desde cuestiones más concretas, las cuestiones de género, el desequilibrio. Además hemos vivido, en las últimas décadas, cosas muy duras en el país, en términos sociales y políticos, y eso está trasladado a mis obras, no desde un modo tan literal, pero sí para cuestionar por qué las cosas funcionan cómo funcionan y que todo es tan caótico y a la vez tan opresor, tan pesado, tan denso de resistir“, expresa.
Para Daniela Tarazona, estas posturas que la hacen confrontar el sistema también la acompañan para definir su posicionamiento respecto al lugar que ocupan las mujeres en la literatura actual cuando escriben sobre el cuerpo, sobre todo cuando son excluidas de la literatura universal.
“Definitivamente es un acto político escribir sobre el cuerpo, estas catalogaciones, como las que mencionas, a veces ni son tan afortunadas porque circunscriben aparte a ese tipo de escritura -la que escribe del cuerpo- y la despega de lo demás y sería muy importante considerar que la literatura escrita por mujeres es una literatura para todos“, opina.
Sin embargo, recalca que sí hay una reivindicación, una apertura y una revalorización, al hablar del cuerpo y “a muchos de muchos de nuestros procesos más personales y que escribimos en la literatura actual”.
“Pero sí creo que es muy importante que hay un punto de todo eso que puede ser muy aprovechable por el mercado, y ahí también hay algo delicado que habría que, nosotras como autoras, estar muy conscientes y despiertas con respecto a que eso no sea un pretexto para las ventas, sino que tenga una consistencia realmente importante y tenga el lugar que merece“.
A la distancia del tiempo, aquella ciencia ficción que leía en su adolescencia y que se detalla tanto en obras de George Orwell, como en la misma obra de Tarazona, ahora la siente más parecida a la realidad del cambio climático y las crisis ecológicas. Piensa que el cambio a esta realidad puede darse en comunidad.
Ahora, a 13 años de su primera novela, ahora publica “Isla partida” (Almadía, 2021), una novela que comenzó a escribir a finales del 2013 y que, explica, es una historia mucho más personal que se relaciona con ella misma y con un momento en el que tuvo una condición neurológica.
“Es la historia de una mujer que va a una isla a morir y es una historia que tiene que ver con mi infancia y otros pasajes muy difíciles para mi y hay esa percepción del mundo desde ese lugar, uno muy cercano al delirio, a la alucinación“, concluye.