Externará UAQ a Ebrard preocupación por falta de apoyo a producción de vacunas mexicanas

El Doctor Juan Joel Mosqueda Gualito, director del grupo de investigadores que trabaja en el desarrollo de la vacuna contra el SARS-Cov2 de la Universidad Autónoma de Querétaro, le expresará al secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, su preocupación por la falta de recursos públicos y apoyo a la investigación en México.

Lo anterior, debido a la reunión que se llevará a cabo el día de mañana entre el titular de la dependencia federal y el académico de la UAQ, en donde además se presentarán los avances que hasta el momento se tiene del desarrollo de la vacuna. Mosqueda Gualito irá acompañado de la co-directora del proyecto, la rectora de la máxima casa de estudios, Teresa de Jesús García Gasca.

El doctor expresó que, aunque los resultados que se han obtenido hasta el momento son favorables, todavía falta mucho para que la vacuna pueda ver la luz, ya que son muchos factores externos los que han retrasado el trabajo de los investigadores, como la falta de recurso económico y el acceso a laboratorios bioclínicos especializados que solo se encuentran en el extranjero.

El académico de la UAQ, explicó que actualmente la vacuna se encuentra en el término de la fase preclínica, lo que significa que se han estudiado los factores de inmunogecidad y seguridad a nivel clínico en cabras, ratones, ovejas y conejos. Agregó que lo siguiente en el desarrollo de la vacuna es avanzar a la fase clínica en donde los ensayos deberán realizarse directamente en personas. Para el investigador, esto llevará muchos meses por lo que podría esperarse que la vacuna pueda estar lista entre finales de año y abril del 2022.

Finalmente, Juan Joel Mosqueda Gualito aclaró que han recibido mucho apoyo tanto económico como moral por parte de la población. No obstante, desarrollar una vacuna de esta magnitud no es nada fácil; ahondó en que las vacunas provenientes del extranjero que actualmente se están aplicando en todo el país tuvieron un costo de entre 300 y 400 millones de dólares, nada comparado al recurso con el que ha contado la universidad en el desarrollo de la misma hasta el momento.

Para el académico el que se pueda tener una vacuna mexicana desarrollada por una universidad pública significaría retribuirle a la sociedad todo lo que le ha aportado a la educación pública en el país y apostarle a la investigación en México.