Tamal tradicional de día de muertos ¿con difunto por ingrediente?
Hace algunas décadas, el estado de Querétaro contaba con una peculiar receta para cocinar tamales. Su preparación incluía maíz negro quebrado, endulzado con piloncillo y como ingrediente especial…el agua con la que se lavaban los pies del difunto.
Esta forma peculiar de preparar tamales, está documentada en diversos recetarios de la época, afirma Eduardo Rabell Urbiola, investigador histórico del cronista municipal de Querétaro, quien señala los diversos tipos de tamales de muerto que forman parte de una tradición queretana, y que son originarios, principalmente, de los municipios de Cadereyta, Peñamiller, Tolimán, El Marqués, Querétaro y Corregidora.
Rabell Urbiola explica que el tamal que se realiza en Cadereyta es similar al pan de muerto porque tiene una figura humana. Para prepararlos, se aconseja que la masa se realice con maíz negro y sea endulzada con piloncillo, la cual después se debe extender sobre un paño húmedo y, en medio, se coloca un guiso de chile rojo y queso para, posteriormente, cerrarse entre la tela y cortarse trozos que se colocarán en una hoja de maíz y, finalmente, meterlos en la tamalera.
Abunda que muchas personas estilan amarrar los tamales con la misma hoja de maíz y servirlos con algún tipo de atole tradicional: el blanco, el atole elegante, hecho con hojas de naranjo, o el atole prieto, de Tequesquite.
Hace algunas décadas, el estado de Querétaro contaba con una peculiar receta para cocinar tamales, “el tamal de difuntos”, el cual se realiza poco en la actualidad, por lo elaborado de su receta; su preparación incluía la misma masa de maíz quebrado negro endulzada con piloncillo y, como ingrediente especial, se debía emplear el agua con la que se lavaban los pies del difunto.
“Al abrir la hoja, se ve inmediatamente, la masa oscura cocida, y las orillas rojas del chile, como si fuera un difunto que murió violentamente. Esa es la intención; inclusive, la receta que yo leí hace tiempo, sugería que para suavizar la masa que no quede oscura, se le debía de poner un chorrito del agua con la que se hubieran enjuagado los pies del difunto después de lavarlos, para que, efectivamente, sean tamales de muerto”, asevera el cronista.
El investigador añade que, si bien en Amealco de Bonfil, la receta de estos tamales es similar, presenta algunas variantes por recibir la influencia del estado vecino de Michoacán.