ElA�LouvreA�acaba con los estereotipos sobre Delacroix

Texto: Marta Garde / EFE

Aupado a la posteridad por el lienzo La Libertad guiando al pueblo, la gran retrospectiva que elA�LouvreA�dedica a EugA?ne Delacroix, presentada en dA�as recientes, ahonda en la prolA�fica carrera del artista francA�s para demostrar que tuvo muchas y variadas fuentes de inspiraciA?n.

Ese A?leo de 1830 que homenajea a los insurrectos de ParA�s, en el que por primera y A?nica vez el pintor se acercA? a la actualidad mA?s ardiente, es excepcional pero no representativo de su trayectoria, explica uno de los comisarios de la muestra, CA?me Fabre.

El gobierno burguA�s de la A�poca, de hecho, encontrA? su composiciA?n demasiado a�?vehementea�� y la enviA? pronto a la bodega de la famosa pinacoteca de ParA�s, donde no se convirtiA? en un icono hasta la Tercera RepA?blica, cuarenta aA�os mA?s tarde.

Con esta gran retrospectiva a Delacroix (1798-1863), la primera desde la presentada en 1963 por el centenario de su muerte, elA�LouvreA�ofrece una visiA?n completa de sus mA?s de cuatro dA�cadas de carrera, que supera a las muestras temA?ticas pensadas hasta ahora.

El ansia de gloria y novedad de su primer decenio profesional, en el que ejecutA? la mayor parte de las obras que le dieron la fama y destacA? en los sucesivos Salones de ParA�s, antecede a su gusto por la pintura decorativa y los grandes murales de 1835 a 1855, y a los paisajes y la revisiA?n de su propia iconografA�a de sus A?ltimos aA�os. Los 180 trabajos mostrados, que incluyen Femmes d’Alger dans leur appartement o Jeune orpheline au cimetiA?re, buscan, segA?n otro de los comisarios, SA�bastien Allard, A�entender las tensiones existentes en el seno de su producciA?nA�.

Aunque el poeta y ensayista Charles Baudelaire le definiA? como el mA?ximo representante del Romanticismo, a Delacroix pareciA? guiarle en verdad una bA?squeda constante de originalidad, con la cual ir reinventA?ndose conforme avanzaba en edad. Esa tendencia no siempre encontrA? el respaldo de la crA�tica: el rechazo unA?nime a La Mort de Sardanapale (1827), segA?n recuerda elA�Louvre, le adentrA? en una A�poca de duda en la que se interrogA? sobre los excesos de su virtuosismo.

Esos excesos no le hicieron dar la espalda a categorA�as pictA?ricas consideradas menores como el paisaje, el retrato, los bodegones o las escenas animales, algunas veces combinadas entre ellas, como en Jeune tigre jouant avec sa mA?re.

De Delacroix, nacido en Charenton-Saint-Maurice, en las afueras de ParA�s, en el seno de una familia diplomA?tica, se destaca ademA?s la paradoja de haber emprendido sin un espA�ritu viajero grandes viajes que dejaron una impronta en su obra.

AsA�, el que efectuA? entre enero y julio de 1832 a Marruecos, Sevilla y Argelia como acompaA�ante del conde de Mornay, sin un proyecto artA�stico definido pero con la intenciA?n de renovar su inspiraciA?n, tiene entre sus frutos a Femmes d’Alger dans leur appartement. Cuadernos de esos desplazamientos y extractos de sus diarios y correspondencia pueden verse tambiA�n en otras salas, ejemplo de la amistad que mantuvo con Chopin y otros virtuosos de la A�poca, quien para los comisarios fue A�probablemente el artista que mA?s escribiA?A�.

Aunque su gran pintura decorativa para edificios como el Senado o la Asamblea Nacional no han encontrado espacio en elA�Louvre, el museo expone algunos bocetos como muestra de la A�poca en que dejA? de tener como objetivo la venta de cuadros a los museos y se trasladA? a los murales.

La simplificaciA?n extrema de los volA?menes, hechos para ser vistos desde lejos, exhibe una nueva cara del polifacA�tico artista, que en sus A?ltimos aA�os se refugiA? en su propio imaginario, con Ovide chez les Scythes como una de sus obras maestras.

A la exposiciA?n delA�Louvre, que se clausurarA? el 23 de julio, suma sus fuerzas la que desde el 11 de abril y tambiA�n hasta julio le dedica el Museo Nacional EugA?ne Delacroix,A�enfocada por primera vez a sus pinturas en la capilla de los Santos A?ngeles en la iglesia de Saint Sulpice de ParA�s.