MUAC inaugura ‘Una carta siempre llega a su destino. Los Archivos Barragán’
La exposición de la artista estadounidense Jill Magid ha generado polémica por exhibir un anillo de diamante artificial fabricado con cenizas del arquitecto mexicano Luis Barragán.
Desde septiembre de 2015, cuando exhumó los restos del arquitecto Luis Barragán de la Rotonda de los Jalicienses Ilustres, en Guadalajara, para extraer un porcentaje de sus cenizas y posteriormente enviarlas a Suiza para ser transformadas en un diamante artificial montado en un anillo, hasta hoy, que fue inaugurada su exposición ‘Una carta siempre llega a su destino. Los Archivos Barragán’ en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), la artista estadounidense Jill Magid se ha visto envuelta en polémica.
El anillo es una de las seis piezas que integran esta muestra cuyo principal propósito es, de acuerdo con el recinto, «abrir el debate político y ético sobre las condiciones presentes y futuras de la transferencia de la cultura patrimonial de un modelo de estado-nación a uno de entidades corporativas»; bajo el título de La propuesta, la joya es un ofrecimiento a Federica Zanca, historiadora de la arquitectura italiana actual propietaria del archivo de Barragán, a cambio de que regrese los documentos a México. Si bien la obra de Magid es una crítica a un supuesto ‘secuestro’ del legado del arquitecto, ya que la consulta del archivo no está a disposición del público, especialistas aseguran que su conservación es la indicada y que, en 1995, cuando Zanca y su esposo compraron legalmente el archivo a un marchante de arte en Nueva York, ni las autoridades mexicanas ni la familia Barragán hicieron nada.
Entre el resto de las piezas están Auto retrato pendiente, que es un contrato que Magid hizo con una empresa suiza para que sus restos sean transformados en diamante; y Ex-Voto, una serie de cuatro caballos de estaño pintados que ‘agradecen’ a la familia Barragán, al gobierno de Jalisco, a un caballo de plata que fue depositado en la urna de donde fueron extraídos los restos del arquitecto mexicano, y al diamante de dos quilates que surgió de los 525 gramos de ceniza transformados.
A principios de año un grupo de intelectuales y herederos de Barragán hicieron una petición para la destrucción del anillo en rechazo al proyecto, sin embargo los planes de la exposición procedieron y esta ahora se exhibe en las salas del MUAC. Al ser cuestionada sobre la animadversión a su proyecto, Magid afirmó «es desafortunado que la gente no se haya sentido incluida, pero creo que esa no es mi responsabilidad. No sé qué aporta la idea de destruir el anillo, si buscan acabar con las preguntas que el trabajo plantea», respuesta que se aprecia en un vídeo publicado por el diario Reforma.
La exposición permanecerá abierta al público hasta el 8 de octubre.