San Francisco, Huimilpan: entre el rezago social y las casas estilo californiano
“Si no tienes un familiar migrante, entonces no eres de Huimilpan”, reza un dicho popular de esa región, donde las grandes casas contrastan con la falta de desarrollo urbano

Foto: D. Aguilar
En medio del pequeño cerro y de los pastizales se nota la construcción de una casa de más de 300 metros. Son dos pisos que aún no tienen ventanas, ni pintura, pero sí un diseño al estilo californiano.
Como esa, hay al menos unas 30 casas que se ha edificado en esa zona. Unas pintadas con colores más llamativos, otras más sobrias, pero el estilo es el mismo. Todas destacan por su extensión. No se trata de un fraccionamiento en Los Ángeles, ni en San Diego, sino en San Francisco, pero no California, sino Huimilpan, en el estado de Querétaro.
En la mayoría de esas inmensas casas habitan a lo mucho tres personas, las esposas y sus hijos, o las madres de los migrantes que han abandonado su pueblo, para buscar una mejor alternativa económica en Estados Unidos.
Ubicada a unos 10 kilómetros de la cabecera municipal de Huimilpan, San Francisco depende totalmente de las remesas que envían los migrantes.
En total, esta comunidad está compuesta por más de 70 viviendas de grandes extensiones de construcción y terreno. Portones ostentosos de más de dos metros y techos con varios desniveles.
En Huimilpan, las carencias por techos y pisos en la vivienda son menores al promedio estatal y como muestra está San Francisco.
En contraste, en algunos puntos de San Francisco se palpa el rezago en infraestructura urbana. Los caminos no llegan a ser calles, y mucho menos existen banquetas. La urbanización no se ha hecho presente.
Ahí no se ha visto la mano de las obras municipales o estatales para mejorar las condiciones de infraestructura.
La carencia por servicio de drenaje en las viviendas afecta en Huimilpan al 12 por ciento de la población, casi tres veces más que a nivel estatal, según los reportes de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
El principal rezago en ese municipio es el educativo. Lo padece más del 30 por ciento de su población, a decir de las cifras oficiales.
En 2015, el municipio ocupó el lugar 8 de 18 municipios en la escala estatal de rezago social. Y eso que uno de los que más remesas recibe, después de Querétaro y San Juan del Río.
Esta comunidad se ubica a un costado de la carretera que lleva al municipio de Amealco. Al internarse en el camino del lado izquierdo de la carretera hay, si acaso, un par de misceláneas que fueron levantadas con el recurso que mandan los migrantes.
Una de ellas la atiende la señora Luci, que carga a una de sus dos hijas, mientras cobra el importe de una venta.
Su edad no rebasa los 30 años, y afirma en una charla informal con este reportero que fue hace un año que su marido decidió que abrieran la tienda con los recursos que le manda desde Estados Unidos.
La parte de atrás de la tienda conecta con su casa, que también da muestra del estilo californiano, con el toque huimilpense. El segundo piso está en obra gris, sin ventanas, sin pintura. A uno de los costados de la vivienda se ve una lavadora vieja, ventanas oxidadas, una silla de plástico y un fregadero sostenido por tabiques chuecos. Son notables los contrastes.
San Francisco, Huimilpan, tampoco es territorio Telcel, al menos en lo que tiene que ver con la señal de internet, que es prácticamente nula. No obstante, la población está bien comunicada. Las mujeres se conocen entre sí, se saludan entre ellas y también a los que llegan de otros puntos.
En San Francisco vive también la señora Mary, una mujer de 35 años de edad, blanca, ojos claros y cabello largo. Es madre de seis hijos y como muchas otras, lleva sola las riendas de su casa. Tiene 16 años de casada y la mayoría de ese tiempo su marido la ha pasado en la Unión Americana, donde trabaja de forma indocumentada en la construcción.
Aunque diario hablan con él por teléfono, admite que sus hijos más pequeños son los más afectados por su ausencia.
“Lo resienten más, ellos son los que me preguntan: Mamá y cuándo va a llegar mi papá?. Ellos están insiste e insiste y les da por llorar, porque lo extrañan mucho”, comenta a Códice Informativo.
Él le manda entre 8 mil y 10 mil pesos cada mes para la manutención de los seis hijos y ella. Además, Mary cuenta que hace tres años compraron una borrega y un borrego, que ya los ha hecho rendir. Ahora tiene 18.
“Con eso, si hay una emergencia, pues ya los vende uno y salimos del apuro. Aquí en México no sobrevivimos con lo que se trabaja aquí, pues no; porque somos muchos. Y todos mis hijos están estudiando, el más grande tiene 15 años y la más chica tiene cinco años, está en el preescolar”, afirma Mary.
Ella, como la señora Luci, acepta charlar, pero se muestra reacia a las fotografías.
Dicen que es por seguridad. En esa comunidad, donde predominan las mujeres solas, comentan que se vive de forma tranquila, aunque a últimas fechas ha habido algunos robos, sobre todo, después de que van a retirar el dinero que les enviaron sus familiares desde Estados Unidos.
Querétaro recibió 525.9 millones de dólares en 2016 por concepto de remesas. De acuerdo con información del Banco de México (Banxico), ese monto fue superior en 1.9 por ciento a la conseguido en 2015.
Y de los más de 500 millones de dólares que llegaron a Querétaro, 34.9 millones de dólares fueron específicamente a las familias de los migrantes que viven en Huimilpan, según los reportes del Banxico.
En enero de 2017, el mismo mes que asumió Donald Trump la presidencia de Estados Unidos, las remesas que recibió México tuvieron un aumento de 6 por ciento anual.
Para la señora Mary, esto efecto es producto del temor de los migrantes a ser detenidos o que las autoridades estadounidenses les quiten el dinero que envían.
“Ahora con este nuevo presidente que entró, no sabemos que vaya a pasar. En parte tengo miedo, imagínese que avienten a mi esposo para acá y el todavía no termina de pagar al coyote”, refiere.
En esta ocasión su esposo pagó seis mil dólares para que lo cruzaran en la frontera sin papeles, como ha sido desde hace 16 años. Y una vez que ha llegado a San Antonio, Texas, paga otros dos mil dólares para que lo trasladaran a Carolina del Norte, según comenta la señora Mary a Códice Informativo.
Su caso no es el único, En Estados Unidos hay cerca de 10 mil huimilpenses indocumentados, de acuerdo con los registros que tiene el director general del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi), Virgilio Andrade.
“Si no tienes un familiar migrante, entonces no eres de Huimilpan”, reza un dicho popular de esa región.
La importancia de los migrantes en ese municipio es tal que hasta un monumento se ha edificado en su honor, en plena cabecera municipal.
Ello están orgullosos de sus migrantes. Y como no hacerlo, si en gran medida se debe a ellos y sus remesas, el que la imagen de su comunidad haya cambiado. Hoy, ya no existen techos de lámina, ahora son estilo californiano.