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Visitantes inundan los panteones de vida

Por Staff Códice Informativo - 01/11/2016

A pesar de ser un espacio destinado a la muerte, miles de personas disfrutan de convivir en este espacio con la finalidad de honrar a sus difuntos y pasar tiempo en familia

 Visitantes inundan los panteones de vida

Un sitio destinado para la muerte, paradójicamente, se llena de vida gracias a un verdadero festín de olores, sabores, colores y miles de personas que se dan cita en los ocho panteones municipales para recordar a sus seres queridos con motivo de las celebraciones del Día de Muertos.

Sin embaro, en algunos visitantes se puede ver la tristeza en sus ojos por no poder tener a sus seres queridos a su lado y poder abrazarlos, pese a esto, otros guardan un pequeño brillo en los ojos por poder pasar un rato en familia y recordar a quienes ya no están físicamente con ellos.

Conforme pasan los minutos el acceso a los cementerios comienza a dificultarse, desde el momento en que uno llega y busca un lugar para estacionarse, lo cual implica perder hasta 20 minutos, así como atravesar los puestos de comida y flores instalados en las inmediaciones.

Sin embargo desde que uno comienza el recorrido al bajar del vehículo, el ambiente lúgubre, el olor a abandono y esos malos recuerdos que llegan al visitar un panteón, poco a poco van desapareciendo, y comienza a llegar el alivio, la paz y hasta la alegría, que se empieza a contagiar por el bullicio de los visitantes.

Por las calles se ve a la gente cargar flores, comida, platos, refresco, postres y uno que otro lleva una pequeña botella de alcohol, quizá para compartir con su ser querido, lo que genera, en conjunto con los puestos de comida instalados, una serie de aromas que a cualquiera le abren el apetito.

Al ingresar a los diferentes camposantos el ambiente es de fiesta total, pero con total respeto a los otros visitantes y sin caer en exageraciones; se puede ver a la gente sentada en las cercanías de las tumbas de sus familiares, limpiando, arreglando e inclusive comiendo; se logra ver a algunas personas esbozando sonrisas, recargándose en las criptas para sentir más cerca a los suyos.

La música no puede faltar: la banda predomina, sin embargo también en los panteones retumban canciones “poperas”, uno que otro corrido y hasta rock se logra escuchar; también están presentes uno que otro trío, banda y el tradicional mariachi, para tocar las melodías favoritas de quienes ya no están aquí.

Contrario a lo que se pudiera pensar, la estancia en estos espacios no es sombría, sino todo lo contrario, se llega a sentir un ambiente amigable, acogedor, como si hubiera una relación entre los presentes, quizá todo sea derivado del fin común que ahí los reúne, honrar a sus muertitos.

Desafortunadamente, también hay varias criptas en el abandono, donde ni una persona viva se ha parado en el lugar para darle “una manita de gato”, aunque la mayoría de la gente sí lo ha hecho y eso es de reconocerse, pues con ello mantienen viva una vieja tradición, a pesar de que algunos adornan tipo ‘Halloween’.

De acuerdo a las antiguas creencias, el 2 de noviembre es el día en que se abren las puertas del más allá para que los seres queridos ya fallecidos, puedan venir a este mundo a pasar un rato con sus familiares, por lo que se adornan las tumbas y se colocan los tradicionales altares para guiar el camino a quienes llegan este día.

Cabe señalar que hasta las 17 horas se tenía un corte preliminar de 21 mil 534 personas en los diferentes panteones, de los cuales el mayor número se dio cita en el Cimatario, seguido de San Pedro Mártir, Santa Rosa Jáuregui, Mompaní, Hércules, Jofrito, Buenavista y Pintillo.


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