Brasil decepciona en su debut olímpico
La Verdeamarelha, que nunca ha ganado el oro en el futbol varonil, empezó su camino en Río 2016 igualando 0-0 con Sudáfrica, que jugó más de 30 minutos con un hombre menos
No se trató de una derrota, pero para la afición brasileña fue como si se hubiera dado la caída, al despedir a la Verdeamarelha con abucheos tras el 0-0 ante Sudáfrica en el debut en Río de Janeiro 2016.
El día que el estadio Mané Garrincha de Brasilia se colmó de hinchas para ovacionar a Neymar, Gabriel Jesús y compañía, las miradas de admiración llovieron sobre el guardameta Itumeleng Khune, primer responsable del empate sin goles.
Ni con la presencia de Neymar, Brasil pudo empezar con victoria su camino en la justa olímpica y dividió puntos con el cuadro sudafricano en actividad del Grupo A.
El llamado Scratch do Oro fue incapaz de hacer un gol pese a que dominó el encuentro, encontró caminos por las bandas para envolver a Sudáfrica, pero no fue efectivo en la definición ya dentro del área.
Los sudafricanos se lucieron incluso al gestar la primera jugada de gol, muy temprano, a los dos minutos, y en el filo de los noventa se unieron en bloque para encararse con Neymar, que buscaba impresionar al árbitro español Antonio Mateu Lahoz.
La primera maniobra ofensiva brasileña se produjo a los 28 minutos cuando Neymar, medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, recibió el balón desde la banda izquierda y, entre tres custodios, soltó el remate que el portero Khune desvió por encima del horizontal en vistoso vuelo.
En el segundo tiempo Luan recibió en el área, pasó a Gabriel Jesús, el flamante fichaje del Manchester City, quien remató con la portería vacía, pero el larguero le devolvió el balón.
Brasil desaprovechó el tener un hombre de más desde el minuto 59, cuando el árbitro español Antonio Mateu expulsó al zaguero sudafricano, Mothobi Mvala, por segunda amarilla.
Poco a poco la desesperación atrapó a los brasileños y a pesar de que adelantó líneas y los 20 minutos finales prácticamente jugó en el lado de la cancha del rival, su esfuerzo no prosperó e inclusive estuvo en riesgo de caer en un par de contragolpes.
Con abucheos, Brasil se retiró de la cancha del Mané Garrincha. Apenas un empate con olor y sabor a derrota.
El empate sin goles fue una réplica del que horas antes, en el mismo escenario, firmaron Irak y Dinamarca, por lo que han dejado el grupo A en un sorprendente equilibrio de poderes, al menos hasta la segunda jornada, que se jugará el domingo en la misma capital brasileña. Ese día Brasil se las verá con Irak y Sudáfrica con Dinamarca.
