Biko, la aplicación que te paga por pedalear
Llega a México Biko, una aplicación desarrollada por un grupo de colombianos que recompensa a los usuarios de la bicicleta como medio de transporte urbano.
Durante las últimas décadas, el trazo de las vialidades urbanas en ciudades de todo el mundo se hizo en función del correcto desplazamiento de vehículos impulsados por hidrocarburos, principalmente del automóvil. Las consecuencias negativas de esta tendencia, sobre todo el uso excesivo de los coches, han repercutido de sobremanera en las vidas de quienes habitan las grandes urbes; la insuficiencia del transporte público, el tráfico y la polución medioambiental, que en la zona del Valle de México ha sido un tema condicionante para la movilidad desde hace años y cuyo impacto se ha agudizado en los últimos meses, son algunos de los factores que nos deberían orillarnos a hacer un replanteamiento sobre si es esta la calidad de vida que queremos para nuestras ciudades.
Modificar hábitos de movilidad no es tarea fácil. Para el usuario, implica hacer un cambio de estilo de vida integral al adoptar un medio de transporte diferente. Para el sector público significa modificar políticas y adaptar planos urbanos para la circulación de transportes alternativos. La bicicleta se ha convertido en el emblema de este cambio de paradigmas, sin embargo, y a pesar de que es el medio de transporte más popular de cualquier clase en el mundo y en muchos países desarrollados llega a ser el principal medio de transporte en la ciudades, en México la bici aún tiene muchos detractores.
Pero ¿qué pasaría si nos pagaran por movernos en bicicleta? ¿Estaríamos dispuestos a ponernos el casco y trasladarnos a nuestros destinos cotidianos sobre dos ruedas con tal incentivo? Aunque las recompensas no son en metálico, desde el pasado mayo en nuestro país opera Biko, una aplicación para dispositivos móviles que premia al usuario por cada kilómetro recorrido en bicicleta. La app paga en ‘bikos’ que se acumulan y pueden ser utilizados para pagar en establecimientos de todos tipos en la Ciudad de México, desde restaurantes y gimnasios hasta tiendas de artículos para mascotas.
Detrás de Biko están Emilio Pombo, Tomás Bleier y Enrique Cuéllar, tres colombianos entusiastas de la bicicleta, la tecnología y la comunicación que arrancaron con el proyecto en Bogotá a raíz del poco interés que percibían por parte de las autoridades locales en la solución de problemas de movilidad urbana. «Los gobiernos locales no estaban demostrando que tuvieran buenos planes para que la ciudad prosperara en un futuro. De esta manera nació la idea de Biko, los tres nos juntamos y llegamos a la idea de que a uno le pagaran por montar en bicicleta, cuando llegamos a esa percepción y a ese insight empezamos a estructurar toda una plataforma del concepto de la app», explicó Pombo en entrevista con Codicegrafía.
Biko comenzó a funcionar en Colombia en abril de 2015 y a la fecha sus usuarios superan los 66 mil, de los cuales 50 mil están distribuidos en las ciudades colombianas de Bogotá y Medellín. En México arrancaron operaciones a principios de mayo de 2016 y en tan solo un mes superaron los 15 mil usuarios suscritos. Si bien los beneficios de la app por el momento solo pueden redimirse en una veintena de establecimientos de la Ciudad de México, Pombo asegura que ya hay usuarios registrados en todos los estados del país, lo cual ha superado por completo las expectativas proyectadas para la incursión internacional de Biko.
Los socios no tuvieron problemas en adaptar la tecnología para mapear recorridos en las ciudades a un sistema de recompensas por distancia recorrida, así que el principal reto al que se enfrentaron en el desarrollo de la app fue hallar los recursos que les permitirían pagar a los usuarios por cada kilómetro pedaleado. Así comenzó el acercamiento con marcas a los que llaman ‘socios estratégicos’, pues las empresas que se quieran incorporar al proyecto tienen que cumplir con ciertos criterios que contribuyan, en la medida de sus posibilidades, a solucionar los problemas que la bicicleta ataca: la movilidad, el medio ambiente y la salud de las personas.
La aplicación hace un filtro en función de los intereses establecidos por el usuario para que los beneficios y descuentos que se generen en cada pedaleada le sean verdaderamente útiles. Sus sus creadores tienen claro que la bicicleta es un transporte que no discrimina a ningún nivel socioeconómico, por eso el espectro de productos asociados a Biko se extiende desde artículos de la canasta básica hasta servicios de lujo.
«Nosotros pensábamos al principio que teníamos que venderle a las marcas por el lado del marketing, de un canal nuevo de ventas, de una manera más de dar a conocer sus productos y fue increíble la recepción de esas personas pues, además de aumentar su rentabilidad, nos decían tengo el mismo sentimiento que ustedes y si esta es manera de aportarle a la ciudad, brindándoles beneficios, estamos muy abiertos y nos encanta poder participar en esto» relató Emilio sobre cómo comenzaron a sumarse al proyecto los socios estratégicos.
El sector privado no fue el único que se incorporó al proyecto de Pombo y sus socios; él cree que, actualmente, candidato que no incluya a la bicicleta como pieza imprescindible de su proyecto de urbanismo difícilmente podría ganar una elección en la capital colombiana. Como reflejo de esto numerosas instituciones públicas han colaborado en la consolidación de Biko.
La educación ciclista, el reto más grande
Aunque a lo largo del camino los creadores de Biko se han encontrado con recursos económicos limitados para difundir el concepto de forma masiva, Emilio Pombo piensa que ningún reto es tan grande como el de la educación ciclista, pues en Latinoamérica aún no existe una normatividad que regule el uso de la bicicleta en las ciudades como al resto de los medios de transporte «hay mucha educación que tenemos que darle a los ciclistas, porque creemos que nuestra aplicación y los gobiernos están fomentando tanto el uso que, si no viene de la mano con una educación adecuada, el problema que vamos a tener más adelante va ser un número de accidentes de ciclistas importante».
No resulta extraño que Biko se haya originado en Bogotá si se toma en consideración que es la ciudad de América Latina con más kilómetros de ciclovías construidos, con un total de 480, y con más ciclistas urbanos con alrededor de 600 mil diarios, que representan el cinco por ciento del total de la población de la ciudad. En la Ciudad de México existen apenas 170 kilómetros de ciclovías construidas, un tercio de las existen en la capital de Colombia pero con el triple de población, y aunque casi 500 mil personas se mueven a diario en bicicleta, estas representan solo el 1 por ciento de la población. En comparación con ciudades como Copenhagen, en las que más del 50 por ciento de la población se mueve en bicicleta, en Latinoamérica aún hay un área de crecimiento importante a este respecto.
«En infraestructura todavía nos falta mucho. Todos los gobernantes están enfocados en promover esto, el mismo Mancera ha prometido entregar su gobierno con 900 kilómetros de ciclovías construidas. Es imposible que lo logre, pero que lo tenga en la cabeza y que logre un tercio de eso es excelente» expresó Pombo en la entrevista, y agregó que está convencido de que las vialidades adecuadas convencerían a quienes aún no se deciden a moverse en bici.
Próximamente, Biko en Querétaro
En Biko esperan que para el próximo mayo, cuando se cumpla el primer aniversario de la llegada de la app a nuestro país, haya tres ciudades mexicanas en las que opere la plataforma: Ciudad de México, Guadalajara y Querétaro. «Tenemos muy buena impresión de Querétaro. No es que hayamos hablado ya con alguna entidad de gobierno, pero las redes sociales nos han demostrado que Querétaro es una ciudad donde el ciclismo viene creciendo y donde sería bien recibido el concepto, porque nos escriben mucho tanto usuarios como de establecimientos comerciales (…) nuestras redes sociales y nuestro canal de soporte son un medidor para saber cuáles son las ciudades a las que podemos llegar».
Al tiempo que Emilio y sus socios deciden cómo será su estrategia de expansión en México, se preparan para llegada de la app a Vancouver en los próximos meses lo cual, aseguran, será un reto porque esta ciudad tiene mucha más infraestructura ciclista que las ciudades latinas. «En Vancouver tenemos inversionistas con excelentes relaciones públicas que nos pueden abrir muchas puertas con aliados y con gobierno, es una ciudad que nos ayudará a probar que nuestro concepto funciona en una ciudad anglosajona, donde la cultura de su gente es diferente. Nosotros los latinos por los incentivos cambiamos comportamientos, pero yo creo que estas culturas del norte buscan más argumentos y razones, entonces allá el discurso del medio ambiente va a ser mucho más fuerte que el discurso de las recompensas (…) si funciona la idea es seguir a San Francisco y a otras ciudades de Estados Unidos».