“Irregularidades, falsedades y simulación”, los antecedentes de la boda entre Angélica Rivera y Peña Nieto
De acuerdo con el reportaje realizado por Aristegui Noticias y Proceso, el Tribunal de la Rota Romana, de El Vaticano, calificó como un “craso simulacro de justicia” la anulación del matrimonio de Angélica Rivera y el productor de televisión José Alberto Castro
La boda entre Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera habría sido posible gracias a una serie de “irregularidades, falsedades y simulación al interior de la Arquidiócesis Primada de México” de acuerdo con la información contenida en el reportaje “El Expediente Secreto de la boda Peña Nieto-Rivera” realizado por el portal Aristegui Noticias y la revista Proceso.
De acuerdo con estos medios de comunicación, en el expediente de la investigación, el Tribunal de la Rota Romana, de El Vaticano, calificó como un “craso simulacro de justicia” la anulación del matrimonio de Angélica Rivera y el productor de televisión José Alberto Castro.
De acuerdo con la información contenida en el reportaje, Angélica rivera habría contraído matrimonio religioso con “El Güero” Castro en el 2004, después de vivir en unión libre por casi 10 años y haber concebido a dos hijas, Sofía (1996), Fernanda (1999); posterior a su boda concebirían a la tercera, Regina (2005).
Después de 4 años de casados, en el 2008, Angélica Rivera y José Alberto firmaron el divorcio civil, y en noviembre de ese mismo año, Enrique Peña Nieto confirmó en el programa Shalalá, de Tv Azteca, que él y Rivera eran novios.
Como consecuencia de esto, el 11 de marzo del 2009, la actriz de Televisa acudió a la Arquidiócesis de México para solicitar la anulación de su matrimonio religioso el cual llegaría el 19 de mayo de ese mismo año a través de un decreto avalado por Tribunal de la Arquidiócesis.
Las razones para la anulación, de acuerdo a la información que consta en dicho decreto, fue que el matrimonio entre Rivera y Castro nunca había sido válido ya que presentaba un defecto de forma canónica, es decir, que no se habían respetado los protocolos establecidos por la iglesia para la realización de una boda: “Después de mi divorcio civil, pedí la anulación de mi matrimonio por la Iglesia y hasta entonces me enteré de que la Iglesia no puede hacer válido el supuesto matrimonio de la iglesia de Fátima porque no se corrieron amonestaciones, en la ceremonia del 2 de diciembre no hubo anillo, no hubo lazo y, por si fuera poco, el padre de la iglesia de Fátima que firmó el acta no tenía permiso para celebrar el sacramento.” indicó Angélica Rivera.
Lo anterior fue percibido como un decreto a modo para que la actriz pudiera contraer matrimonio con el entonces gobernador del Estado de México, lo cual finalmente se realizó el 27 de noviembre de 2010, en la catedral de Toluca.
Sin embargo, el padre José Luis Salinas, quien habiá casado a Rivera con Castro y había sido removido de sus cargos como consecuencia del dictamen de la Arquidiócesis, indicó que la boda había cumplido con todos los requerimientos protocolarios.
Al encontrar nula justicia en las autoridades eclesiásticas del país, de acuerdo con el reportaje, el padre “contrató a Martha Wegan, una canonista austriaca, quien presentó formalmente su caso ante la Rota Romana hasta el 9 de julio de 2012”, ya que “estaba convencido de que por presiones de ‘alguien’ se le dio a Angélica Rivera la anulación de su matrimonio con José Alberto Castro para que fuera libre de casarse con Enrique Peña Nieto, el hoy presidente de México”.
De el análisis de los hechos, el tribunal de justicia eclesiástico de El Vaticano consideró que la anulación del matrimonio de Angélica Rivera fue “un craso simulacro de justicia”.
Con información de Aristegui Noticias y revista Proceso.