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Naturalizados, un problema para los jóvenes de las fuerzas básicas

Por Staff Códice Informativo - 19/03/2015

Aunque la Liga MX constantemente llama a sus agremiados a fomentar sus canteras y organiza torneos juveniles, nadie busca disminuir el número de foráneos

 Naturalizados, un problema para los jóvenes de las fuerzas básicas

 

Dos tendencias aparentemente opuestas rigen hoy por hoy en el futbol mexicano; la primera: la de mantener cinco jugadores extranjeros por equipo y el ilimitado número de naturalizados que rige desde el Torneo Apertura 2014, y la segunda: la inversión económica que se realiza a favor del surgimiento de los jóvenes, y ambas auspiciadas por los mismos dueños de clubes y avaladas por la Federación Mexicana de Futbol.
La Liga MX constantemente llama a sus agremiados a fomentar sus fuerzas básicas y organiza torneos juveniles como el Sub-15 que actualmente se lleva al cabo en el Distrito Federal y los conocidos Sub-17 y Sub-20 que se disputan a la par del torneo de liga; pero nadie desempolva aquella vieja propuesta de reducir poco a poco el número de foráneos hasta llegar a tres, que en marzo de 2011 volvió a tratarse en la mesa, pero de la Cámara de Diputados por parte del Partido Institucional Mexicano (PRI). Esa vez, el diputado federal Fernando Espino presentó la iniciativa de reformar la Ley General de Cultura Física y Deporte, a favor de los jóvenes futbolistas mexicanos.
Lo cierto es que en la práctica, quienes se encargan de formar directamente a los nuevos valores se sienten afectados por la amplia apertura que se les brinda a los jugadores que llegan de fuera y que de alguna manera tapan las oportunidades de los jugadores locales, cuya ilusión a mediano y largo plazo es jugar en la Primera División.
Entrenadores que dirigen la categoría Sub-15 de clubes hablan al respecto:
Alberto Rodríguez, timonel de Pumas, comentó: “Por supuesto que perjudica. Estoy en total desacuerdo que haya tanto extranjero y naturalizado; si no, de nada sirve la creación de torneos juveniles tan importantes como el Sub-15, que tienen muy buen nivel”.
Comentó el ex defensa de Pumas, Pachuca y Cruz Azul, que el panorama de los chavos sería mejor si se redujera el número de jugadores no nacidos en México. “Queremos que el futbol mexicano progrese, y luego nos quejamos que no hay jugadores para la Selección Nacional”.
Por su parte, Alfonso Rendón, quien dirige a América en la categoría Sub-15, señaló que el actual reglamento es un impedimento para el surgimiento de jóvenes. “Digamos que te estás haciendo harakiri, pero al mismo tiempo nos obliga a producir mayor calidad. Tiene que haber mexicanos muy capaces para, en un momento dado, taparle la boca a cualquier extranjero que venga”.
Poncho, quien es un especialista en fuerzas inferiores, ve un futuro poco halagador alrededor de los jóvenes, aunque establece que en todo ámbito la calidad se impone.
“Tampoco hay que echarle la culpa a la federación, porque si un equipo tiene bien claras sus políticas puede seguir haciendo buenos jugadores y darles oportunidades”, expuso.
Sin embargo, considera que es fundamental que los directivos se sienten y analicen seria y claramente el tema. “Que vean si realmente la afición va a gozar más de un buen futbol de esa forma”, dijo.
Añade que pareciera una pugna entre reforzar la apertura a futbolistas hechos en otros países y el apoyo a la formación de jugadores nacionales. A la vez, señala que la misma federación tampoco cierra las puertas “y sigue promoviendo torneos de nuevos valores. Peor sería que a nivel Sub-15 se permitieran extranjeros; sería el colmo y estaríamos totalmente enterrados”.
Por otro lado, subraya que le convendría a Chivas, club al que se le dificulta hacerse de refuerzos por su política de jugar solo con mexicanos, escautear en torneos juveniles.
“Hay jugadores de los 18 clubes profesionales y de la Liga de Ascenso, pero también de la Segunda y Tercera divisiones”. Rendón se está llevando una grata impresión del presente torneo, en el cual por vez primera toma parte.
“Los muchachos están concentrados en un hotel y viviendo un ambiente profesional en todos los sentidos. Se están llevando una gran experiencia. La logística, la alimentación, todo es de primera. Se está trabajando con ellos, pero también deben ganarse el puesto; lo mismo nos pasa a los técnicos”, señaló.
CUATRO EXTRANJEROS Y NATURALIZADOS EN TOTAL. Por su parte, el técnico Ernesto Santillán, de León, establece que es difícil que un primer equipo les dé una oportunidad a los jugadores que ellos forman, “y más habiendo esa barrera de los extranjeros y naturalizados. Ojala que esos que llegan fueran de elite y nos ayudaran siendo un ejemplo; pero ya cualquiera se naturaliza y le quita el lugar a uno de nuestros jóvenes, con menos capacidad técnica y física.
El reglamento nos pega fuerte a los formadores”. Otro aspecto que observa Santillán es que hace tres, cuatros años atrás debutaban jugadores con menor edad “y ahora cuesta más trabajo, pues aparecen de 21, 21, 22 años en la Primera División”, resultado -a su juicio- del aumento de naturalizados.
“En una charla técnica que tuve con los muchachos para quitarles el nervio les dije que si no ganaban no pasaba nada, que no los iban a correr del clubes, pero que si ganaban y eran campeones tampoco se les garantizaba un sitio en el primer equipo. No es garantía para nadie llevar un proceso de cinco, seis años en las fuerzas básicas”, recalcó Santillán.
Espera que la gente que le corresponde resolver este asunto piense en lo mejor para la juventud mexicana. “En lugar de invertir en traer extranjeros deberían hacerlo para organizar torneo mediados que no hay, como un Sub-16, un Sub-18, un Sub-19, porque del 15 se brinca hasta el 17 y del 17 al 20. Sería lo ideal”.
Aseguró que hay talento en todo el país y que los muchachos están mejor preparados física, técnica y tácticamente. “Un torneo Sub-15 es lo más cercano a uno de Primera por la concentración, por la alimentación; hay psicólogo, se tiene una nutrióloga. Esa es la ventaja del jovencito de ahora al de antes”. Consideró que no hay más que reducir el número de extranjeros y naturalizados a tres o a cuatro en total, para que permita un progreso.


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