Construcción en panteones: un arte y un negocio
José Felipe Zamudio Muñoz es uno de los personajes que embellecen en el Panteón del Cimatario
José Felipe Zamudio Muñoz es un arquitecto retirado que dedicó su vida al servicio público. Hoy en día está pensionado. Antes de estudiar arquitectura, como hobbie y luego como una excusa para ganar dinero, iba a los panteones en los que diseñaba y construía criptas. Además, su mano dibujante le daba la posibilidad de grabar piedras con letras de molde, algo que muchos están dispuestos a pagar. Y es que al final de cuentas, la gente se muere todos los días.
Hoy, ya retirado, ha vuelto a lo que él llama su pasión. Por supuesto que esa pasión le genera un dinero, incluso más de lo que gana con su pensión. Pero se trata de regresar a los orígenes. De dedicar el día a aquello en donde más encuentra paz.
“No es nada más la grabación, también construyo lápidas y monumentos. También soy rotulista. Ahí por ejemplo está esa blanco con negro, esa cruz está rotulada por tu servidor. Si la ves, la letra es el gótico sencillo, no cualquiera la sabe hace, yo creo que soy la única persona que lo domina”.
Morir no es un algo barato. Y si el negocio se encuentra en la muerte, se puede pensar en ganancias importantes. Por ejemplo, José Felipe se encuentra grabando un libro de piedra, de esos que se ponen en la criptas. Cuesta 400 pesos, y por cada letra que grabe el arquitecto, cobra cinco pesos.
“Aquí rotulamos, construimos, damos un servicio completo”.
Zamudio Muñoz ofrece el servicio completo. Desde el diseño hasta la construcción de la cripta, una sencilla puede costar 6 mil 500 pesos. Y se le agregan detalles, estatuas u otro tipo de adornos, el costo evidentemente incrementa de forma considerable. José Felipe a construido más de 15 solo en el Panteón Cimatario.
No es el único artista que trabaja en el negocio del panteón. Tal vez sea de los pocos que lo hace por gusto y no por necesidad, lo cual hace una diferencia. Según José Felipe, el municipio de Querétaro no los reconoce, pero de cualquier manera, ellos siguen laborando. Hoy, Día de Muertos, su presencia es notoria entre tantas personas. Pero lo cierto es que el año tiene 365 días. Y él trabaja la mayoría de ellos, en el panteón, donde siempre hay un nuevo inquilino al cual recibir.
