¿Por qué celebramos las posadas?

Las posadas son una celebración que ha evolucionado a lo largo de los siglos pero que sin duda aún conservan algunas características de su orígenes más remotos. En los tiempos prehispánicos de México, los indígenas celebraban la llegada de Huitzilopochtli durante la época invernal, específicamente entre el 17 y el 26 de diciembre; cuando los evangelizadores católicos llegaron a colonizar, notaron que estas fechas coincidían con las de la Navidad europea y adaptaron la imagen del Dios de la Guerra a la de María y José, acostumbrando a los mexicanos a nuevas creencias que eventualmente se convertirían en la religión predominante del país.

En esencia, las posadas son fiestas que recrean el peregrinaje que María y José tuvieron que hacer los días previos al advenimiento de Jesús; en la más tradicional de sus formas, la posada se lleva a cabo recorriendo varias casas de una calle o barrio, entonando los cánticos propios de las posadas o incluso villancicos solicitando hospedaje como lo hicieran los padres del Mesías de acuerdo con la historia.

En las posadas hay otras actividades que también están cargadas de simbolismo religioso, entre ellas el romper la piñata, que supone la lucha en contra de los pecados capitales, la convivencia posterior a los villancicos, que puede ser interpretada como el triunfo sobre el pecado, y la repartición de los aguinaldos, los cuales son dotaciones de dulces y otras golosinas que se realizan con el objetivo de que nadie se quede sin los beneficios de la piñata.

¿Tú cómo celebras las posadas? ¿Crees que la tradición ha cambiado mucho en los últimos años?

¿Conoces la historia detrás de las pastorelas?