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No se sabrán las causas del “avionazo” en donde murió Jenny Rivera

Por Staff Códice Informativo - 03/12/2013

A un año de los hechos, las autoridades no pudieron determinar las causas del accidente. Se perdió la grabadora de voz y el grado de destrucción impidió concretar la investigación.

 No se sabrán las causas del “avionazo” en donde murió Jenny Rivera

Debido al alto grado de destrucción, autoridades no pudieron determinar la causa del accidente de aviación en donde murió la cantante Jenny Rivera; sin embargo, se pudo determinar que no se incendió, ni explotó en vuelo; que los pilotos tenían 78 y 21 años de edad -fuera de la norma-, que el avión tenía 43 años de uso y que no se permitía registrar la bitácora las fallas y cuestiones técnicas.

“La Comisión destaca que dado el alto grado de destrucción de la aeronave no fue posible determinar de manera indubitable la causa determinante del accidente”, expone la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) dependiente de la SCT.

El resumen del Informe Técnico de la Comisión Investigadora y Dictaminadora de Accidentes de Aviación, en poder de Códice Informativo, tras la muerte de los pilotos Miguel Pérez Soto y Alessandro Torres Álvarez y los pasajeros Arturo Rivera Ruiz, Jenny Dolores Rivera Saavedra, Mario Macías Pacheco, Jacob Yebale Aguilar y Jorge Armando Sanchez Vázquez, arrojó lo siguiente:

– El descontrol súbito y brusco de la aeronave con cambios de altitud y velocidad indican el inicio de una pérdida de control durante la fase de ascenso. Esto se apreció en las imágenes de la pantalla Radar en los últimos 2:50 minutos de vuelo de la aeronave, lo que pudo haber sido provocado por una falla en el estabilizador horizontal que ocasionó de manera súbita un “cabeceo” por inicio de barrena (desplome) y provocó una caída vertical sin control. Además, en ningún momento la tripulación reportó a los Servicios de Control de Tránsito Aéreo una declaratoria de falla o emergencia.

– No existía ninguna condición meteorológica adversa que pudiera haber contribuido al accidente y la aeronave no se incendió, ni explotó en vuelo según se constató con los hallazgos en el lugar del accidente.

– La información técnica disponible no permitió  determinar el estado de aeronavegabilidad del equipo.

– Se trata de una aeronave con 43 años de antigüedad. A partir de las investigaciones de campo se observó que el operador de la aeronave no permitía  que se realizaran anotaciones en las bitácoras de las fallas que detectaban los tripulantes como era que la aeronave volaba desalineada y vibraba al alcanzar la velocidad de crucero.

– Aunque la aeronave contaba con registrador de datos de vuelo, no se pudo rescatar información y en los restos de la misma no se encontró grabadora de voz.

– El piloto al mando Miguel Pérez contaba con  78 años de edad y piloteaba una aeronave  con peso máximo de despegue de 6 mil 800 kilogramos. La reglamentación establece que al cumplir los 65 años ningún piloto podrá actuar como piloto al mando de aeronaves con peso máximo de despegue superior a 5 mil 700 kilogramos. La licencia DGAC de Piloto Comercial Número 200112880 se expidió el 29 de  enero de 2012 contraviniendo lo establecido en el artículo 42 del Reglamento para la expedición de permisos, licencias y certificados de capacidad del personal técnico aeronáutico, ya que debía estar limitada a la actuación como copiloto y en aeronaves menores a 5 mil 700 kilogramos de peso máximo de despegue.

– Asimismo el piloto Alessandro Torres de 21 años de edad,  con licencia FAA Número 3607542 no contaba con capacidad que lo autorizara a volar en este equipo fuera de los Estados Unidos de América.

– El operador de la aeronave N345MC omitió la vigilancia de la normatividad nacional e internacional.

La aeronave era una Learjet 25, fabricada en 1969, matrícula norteamericana N345MC, propiedad de la empresa Starwood Management LLC, con domicilio en Las Vegas Nevada, EUA, internada al país a través del permiso de fecha 5 de noviembre de 2012, se accidentó en el rancho “El Tejocote”, Municipio de Iturbide, Nuevo León, México, el día 9 de diciembre del año 2012.


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