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Bailar para salvar al mundo

Por Staff Códice Informativo - 02/02/2013

El cambio climático es resultado de décadas de manejo irresponsable de recursos. Como consecuencia, la humanidad se ha visto obligada a enfrentar situaciones problemáticas como catástrofes ambientales, desastres naturales y escasez de recursos.

 Bailar para salvar al mundo

Afortunadamente, en los últimos años, diferentes actores sociales y empresariales han trabajado por encontrar alternativas ecológicas que disminuyan el impacto ambiental pero que al mismo tiempo puedan satisfacer las necesidades del ser humano. Bajo esta premisa, muchas personas han decidido adoptar un estilo de vida «verde»; arquitectura ecológica, automóviles eléctricos, huertos urbanos, consumo de productos orgánicos, entre otros, son algunas de las iniciativas más populares para aquellos que han decidido aprovechar los recursos de una manera más responsable.

Andrew Charalambous, conocido también como Dr. Earth, es un multimillonario chipriota que reside en Londres. En 2008, Charalambous inauguró la primera discoteca ecológica de Gran Bretaña, ubicada cerca de King’s Cross en Londres.

Bar Surya cuenta con paneles solares, envases de policarbonato para bebidas orgánicas y baños que funcionan con aire a presión. Además, ofrece a sus clientes la posibilidad de acceder gratis al lugar si llegan caminando o en bicicleta; si llegan en coche la entrada tiene un costo de £10 por persona. Pero sin duda lo más atractivo del lugar es su pista de baile: debajo de una base de cubos fabricados con un material rígido, hay un sistema de resortes que, al ser presionados, generan pequeñas cargas eléctricas que son almacenadas en baterías, y que después son utilizadas para la iluminación y el sonido del bar.

Surya es parte de un conglomerado de bares llamado Club4Climate, también propiedad de Charalambous, y su filosofía dice que no hay que renunciar a la diversión cuando de cuidar el medio ambiente se trata, pues de acuerdo con el empresario «sólo hay que bailar para salvar al mundo».


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