«Para todo mal…»
¡El mezcal! Esta bebida de moda en los bares del país, incluyendo Querétaro, cuya popularidad ha aumentado exponencialmente en los últimos años, es originaria de Oaxaca.
La palabra mezcal tiene sus orígenes en el término náhuatl mexcalli, que significa «maguey cocido», y la bebida como tal se empezó a producir durante el siglo XVI, cuando los conquistadores españoles introdujeron el proceso de destilación en México.
Su realización comienza cuando las «piñas» del agave se introducen en un horno subterráneo. Después de alrededor de tres días, éstas son retiradas y molidas. Posteriormente, la molienda se deposita en barricas de madera y se le agrega agua para que se fermente. El resultado de la fermentación es el tepache que, después de un proceso de destilación, produce un alcohol puro. Sin embargo, el mezcal es producido hasta la segunda destilación. A diferencia del tequila, que sólo se puede elaborar con agave azul de Jalisco, el mezcal se puede hacer a partir de 18 variedades de agave. Algunas de las zonas de más tradición mezcalera en Oaxaca son: Tlacolula, Ejutla, Mihuatlán y el Distrito de Yuatepec.
Hoy en día el mezcal se exporta a muchos países alrededor del mundo, y se han creado diferentes variedades de mezcal de acuerdo a su cuerpo y sabor.
Para tomar un mezcal en Querétaro, es recomendable visitar los bares y restaurantes del Centro Histórico como La Selva, María y su Bici, Zeppelin Bar y Cantina La Perdida. Así que a brindar como dice el dicho: para todo mal, mezcal, y para todo bien, ¡también!