México cafetero

La falta de cultura sobre el consumo de esta bebida, aunada a los diferentes tabús médicos que giran entorno suyo, probablemente sean los causantes de que en el país el consumo per cápita de café sea tan sólo de 1.2 kg, muy poco en comparación con el de países como Estados Unidos con 4.2 kg, Brasil con 5.6 kg y Suecia con 8.2 kg.

La importancia del consumo de café nacional recae en el hecho de que es el producto agrícola que más divisas y empleos en el medio rural genera, dando trabajo a familias enteras.

Es cultivado en más de 10 estados de la República, de entre los que destacan Oaxaca, Guerrero, Puebla, Veracruz y Chiapas; los dos últimos cuentan, además, con denominación de origen.

Desde la década de 1980, la mayoría del café que se produce en México es orgánico. Los productores optaron por esta alternativa ya que ayuda a la preservación del equilibrio ecológico en los suelos, pues no se usan productos químicos que los puedan contaminar o alterar. Esto también permite que los desechos agrícolas de la producción sean utilizados y comercializados como composta. Las plantaciones generalmente se encuentran bajo sombra, lo cual mantiene un equilibrio en la conservación de medio ambiente, flora, fauna y mantos acuíferos.

Irónicamente, el mejor café se consume en países que no son productores, como Japón y Suiza, esto sucede porque importan los mejores granos de diferentes regiones y hacen sus propias mezclas.

Estudios recientes realizados por la Escuela de Salud Pública de Harvard han demostrado que, contrario a lo que se creía con anterioridad, el consumo de café tiene impactos positivos en la salud; la personas que toman café diariamente tienen menor posibilidad de padecer depresión.

Algunas de las marcas de café mexicano mejor evaluadas por expertos son: Finca Santa Cruz Gourmet (Chiapas), Café Zaranda (Veracruz), Café Gabana (Veracruz) y Café Shunuc (Oaxaca y Chiapas).