Astillero/Julio Hernández López/La Jornada
La ruta de la confrontación verdadera no fue la electoral, pero podría ser la relacionada con los energéticos. Aún cuando Andrés Manuel López Obrador pretende […]
La ruta de la confrontación verdadera no fue la electoral, pero podría ser la relacionada con los energéticos. Aún cuando Andrés Manuel López Obrador pretende organizar alguna forma de repudio amplio a la toma de posesión de Enrique Peña Nieto, el próximo 1º de diciembre, esa protesta será simbólica, testimonial, sin la participación del PRD, que desde ahora está bien arreglado con el mexiquense, y sin efervescencia fuerte relacionada con los comicios, aceptada como fue desde un principio la imposición del priísta, sin mayor resistencia real.