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Más nostalgia por el Kremlin

Por Staff Códice Informativo - 24/03/2022

Un grupo de diputados y diputadas de Morena, el PT y el PRI se reunieron con el embajador de Rusia en un evento de “amistad” sin pensar en las consecuencias que esto podría tener para el país

 Más nostalgia por el Kremlin

Foto: Especial

Quienes de plano no han recibido el memo sobre la desintegración de la Unión Soviética son los diputados oficialistas. En redes circula una fotografía en la que se ve al menos 14 legisladores y legisladoras de Morena y el Partido del Trabajo, así como uno del PRI, posando junto con Víktor Koronelli, embajador de la Federación Rusa en México, en lo que parece ser un evento de “amistad” entre ambos países.

La fotografía, en la que aparecen personajes como Gerardo Fernández Noroña, se tomó en un contexto internacional delicado, pues la guerra entre Rusia y Ucrania sigue en un punto muy complicado, con innumerables condenas impuestas contra la Federación Rusa por parte de actores internacionales.

Por otra parte, esta no es la primera vez que, en el contexto de la guerra, se fortalecen los vínculos entre actores cercanos al gobierno federal y el país gobernado por Vladimir Putin. Hay que recordar, por ejemplo, la carta de “solidaridad” con Rusia promovida por algunos integrantes de las juventudes morenistas en el Estado de México y de la que terminaron por desmarcarse oficialmente las autoridades federales.

Al igual que los jóvenes morenistas, los diputados, están en su derecho de apoyar a quien quieran en esta guerra y de compartir sus opiniones, sean cuales sean. Sin embargo, deberían ser más prudentes, pues no dejan de ser figuras públicas y la comunidad internacional podría llevarse la impresión equivocada de que el gobierno de México tiene un interés en esta guerra, lo que sin duda podría traer consecuencias negativas al país.

Por otro lado, quizá convendría recordarle a estos legisladores que aunque el gobierno de Putin se asuma como “antiimperialista”, en realidad poco tiene que ver con la Unión Soviética. Más que un estado socialista, la Rusia contemporánea es una plutocracia en la que el capitalismo más salvaje sostiene al poder al más puro estilo del viejo oeste.

Apoyar a Putin en una clara agresión contra un estado soberano en la que además se han cometido atrocidades como el bombardeo del teatro de Mariúpol, en el que murieron más de mil civiles es todo menos una postura de izquierdas, pero al parecer, hay quienes siguen pensando que es 1980 y que el camarada Putin tiene interés en expandir el socialismo por el globo.


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