×

Busquedas Populares


×

Opinión



Secciones




Ahora todos somos chayoteros

Por Staff Códice Informativo - 16/02/2022

Con el ensañamiento que muestran contra la prensa en un momento especialmente sensible debido al elevado número de periodistas que han fallecido por asesinato, al presidente y sus seguidores se les escapa una oportunidad histórica de mostrarse como los verdaderos demócratas que tanto insistían ser en 2006 y 2012

 Ahora todos somos chayoteros

Foto: Especial

Las lamentables declaraciones de la secretaria de Finanzas de Morena Querétaro, en el sentido de que reporteros y reporteras inconformes por el trato dado desde el gobierno de México al gremio periodístico constituyen una mera “defensa del chayote“, son un claro ejemplo de la falta de autocrítica que permea en el partido que encabeza la administración federal.

En una dinámica maniquea en la que solo hay lugar para buenos y malos, sin matiz de ningún tipo, los morenistas más fieles a Andrés Manuel López Obrador parecen insinuar, como lo hacía la Iglesia Católica en el siglo XIX, que fuera de su proyecto político no hay salvación. Más aún, cualquier crítica hacia el presidente o las políticas de su partido, la toman como si viniera directamente de las arcas de Claudio X. González o algún otro líder de la oposición más antagónica al actual proyecto de gobierno.

Y es que en esa lógica, totalmente puritana, de lo que se trata es de garantizar la perfección y un apego incondicional que raya en el fanatismo. El problema es que al final quien se beneficia de esos desplantes de infantilismo, es precisamente la oposición oficial, que muestra ante la gran masa de indecisos al presidente y sus incondicionales como fanáticos sin capacidad de diálogo ni vocación democrática.

Que estas declaraciones se produzcan además en un contexto en el que van 6 periodistas asesinados en menos de dos meses, habla de una insensibilidad y torpeza política que resultan francamente preocupantes. Nada costaba a la secretaria de Finanzas reconocer el derecho de los compañeros a la protesta e inconformidad. Nada costaba al presidente hacer silencio y escuchar a quienes le interpelaban.

Por desgracia, no es la primera vez que desde el poder ejecutivo federal se insinúa que un movimiento social tiene intereses turbios detrás. Ya ocurrió antes lo mismo, por ejemplo, con las feministas, a quienes también se acusó en su momento de estar coludidas con todo tipo de espantajos políticos con el objetivo de derrocar a López Obrador.

Es cierto que, sobre todo en sexenios pasados, algunas figuras dentro del periodismo hicieron poco honor a la profesión y obtuvieron toda clase de dividendos debido a la difusión de mentiras y calumnias. También es innegable que la prensa actuó de forma poco ética en relación con el actual mandatario, sobre todo en la elección de 2006, cuando periodistas de alcance nacional se prestaron a la agenda de quienes veían en Andrés Manuel López Obrador un obstáculo para sus intereses personales.

Sin embargo, eso está ya en el pasado y en el presente, al mandatario federal y sus seguidores se les escapa una oportunidad histórica de mostrarse como los verdaderos demócratas que tanto insistían ser en 2006 y 2012.

El periodismo es una profesión muy precarizada dónde no pocas veces se pone en juego la propia vida a cambio de llevar información a la ciudadanía. Es además un ingrediente esencial para la democracia y el funcionamiento ordenado de una sociedad. No obstante, para funcionar como debe, el periodismo necesita ser crítico y cuestionar al poder aún cuando esto incomode. No existe régimen perfecto ni gobierno libre de pecado. Pero tratar mal a la prensa es una mala señal y quien lo hace, suele terminar perdiendo.


Otras notas



De nuestra red editorial