Abril 22, 2015

Serpiente arcoíris.

En los recorridos que el candidato del PRI al gobierno municipal de Querétaro, Manuel Pozo, está realizando por diversas colonias de la capital queretana, hay un especial encanto que muchas personas agradecen al momento de saludar al candidato. Y es que viene acompañado por Lucero Santana, la afamada conductora de televisión queretana.

Y es que Lucerito, como le llaman sus fans, viene en la lista de regidores que ocuparán un sitio en el cabildo de la capital queretana en caso de que Manuel Pozo resulte ganador el próximo 7 de junio.

Con ella, no son pocos los queretanos que han pedido tomarse fotografías, o que han pasado varios minutos platicando, con el gusto de toparse con una conductora que desde hace varios años han visto en la televisión local.

Es la Boa.

A los políticos les va muy bien. Eso que ni qué. Más allá de los yerros o no en la denuncia en contra de Manuel Pozo por presunto enriquecimiento ilícito, lo que sí queda claro es que un buen cargo público es más o menos como sacarse la lotería.

De Manuel Pozo sabemos que desde que José Calzada lo eligió, hace seis años, para formar parte de su gabinete como Oficial Mayor, y tras pasar por la delegación federal de la Sedesol, el priista ha podido adquirir bienes que casi rozan los 3 millones y medio de pesos, entre los que se encuentran una muy bonita casa allá por Juriquilla, y un terreno.

Sí así le ha ido en cargos en los que no es el jefe, imagínese cómo le va a ir si gana y se convierte en el mandamás del Centro Cívico.

Manuel Pozo lleva ganando alrededor de 100 mil pesos al mes en este último sexenio, eso sin contar los jugosos aguinaldos de 70 días, las prestaciones de ensueño y los beneficios que conlleva ser funcionario de primer nivel, como no tener que usar vehículo propio para trasladarse al trabajo, un gasto que con el costo de la gasolina hacer llorar a millones de queretanos.

Mitad serpiente, mitad águila.

Muchas dudas ha dejado la denuncia por presunto enriquecimiento ilícito que José Luis Aguilera Ortiz presentó en contra de Manuel Pozo. Y es que haciendo honor a la verdad, sus bienes adquiridos están dentro de lo razonable, contando el suntuoso sueldo del que ha gozado en los últimos años.

Del dirigente de Movimiento Ciudadano lo que llama la atención es que critique la paja en el ojo ajeno y no se vea la viga en el propio. Porque tras años y años de plurinominales familiares (dos legislaturas locales, una legislatura federal y una regiduría capitalina) su patrimonio tampoco es que sea muy austero que digamos.

Ya un medio local ha hecho referencia al patrimonio Aguilera, y aunque el padre afirmó que no toda esa información es correcta, no estamos hablando de unas cuantas decenas de pesos.

Y es que entre políticos se tiren a ver quién tiene más o menos propiedades es algo vil, pues todos gozan de sueldos y beneficios prácticamente inalcanzables para el queretano común. Ese al que andan pidiéndole su voto en las calles.

Víbora cuervo.

Hay cruzadas que son imposibles de ganar, y un gran político debería poder distinguirlas para alejarse lo más posible de ellas, porque combatir esas guerras no generan ninguna ventaja competitiva y sí muchas bajas.

Tal es el caso de RedQ. Defender un proyecto profundamente vilipendiado por la sociedad no trae nada bueno, pero Roberto Loyola aún no lo asume.

El lunes, ante jóvenes empresarios, y el martes, ante microempresarios, el candidato priista a la gubernatura prácticamente repitió el mismo discurso incluyendo la siguiente joya.

“Un dato del que nadie habla, no ha habido un paro de transporte un solo día en estado. Cualquier sistema que ha pretendido modernizarse en el mundo ha padecido paros camioneros, ha padecido desabasto de movilidad. Tenemos que seguir por ahí”.

Tal parece que el candidato Loyola no se acuerda de aquel fatídico 26 de agosto de 2013, cuando arrancó el famoso RedQ, pero sin una importante cantidad de camiones y choferes. Mucho hay que agradecer a los elementos de la policía estatal que durante días la hicieron de choferes, o las patrullas pick up que sirvieron para paliar la crisis, llevando y trayendo a decenas de personas en sus cajas, pero ni así fue posible evitar que miles de queretanos llegaran tarde a sus trabajos y a sus casas por la situación. Mejor no me ayudes compadre.