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Tropezón

Por Andrés González - 13/02/2016

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

El descuido en la operación política causa, la más de las veces, la agonía política. Y las intenciones en eso quedan, en intenciones. Y no […]

 Tropezón

El descuido en la operación política causa, la más de las veces, la agonía política. Y las intenciones en eso quedan, en intenciones. Y no crecen. Pero el descuido en la gobernabilidad aniquila o bien y por lo menos en las épocas del priismo hegemónico, era una muerte segura.

El destino seguro era la destitución, la banca o de plano, la congeladora.

Lo sucedido en el Centro Penitenciario de Topo Chico es obra del descuido político, de una postura sobrada y engañosa por la que se puede pensar que la victoria en la urna da derecho a todo: al festejo, a llevar a cabo una “luna de miel” que pareciera no tener fin; a la exhibición – hasta pública – de la soberbia.

Pero el parecer ciudadano, así como te da te quita.

Y ya en el gobierno, el ciudadano no perdona ni la ineptitud y mucho menos la soberbia. Por muy agradable o “Bronco” que haya sido como candidato.

En el gobernador de Nuevo León, en “El Bronco” como se conoce nacionalmente a Jaime Rodríguez Calderón, se conjuntaron todos estos excesos: Descuido político, soberbia y falta de oficio.

Y en realidad, el lamentable hecho alcanza dimensiones colosales, por el número de muertes, por la tardanza y falta de precisión, por el entendido dolor y enojo de los cercanos de quienes perdieron la vida.

Si bien es cierto que el poder de la urna – el nuevo poder de la urna – ha desterrado los excesos del poder hegemónico del “Señor Presidente”, también es cierto que en la época del viejo PRI cuando súper partido era, por situaciones mucho menos que esta, era razón más que suficiente para removerlo “inmediatamente del cargo”.

Ahora no.

Y sí, es cierto, esta es la ganancia de la nueva democracia ciudadana que se vive, más cuando un candidato independiente alcanzó la gubernatura, dejando mal parados a todos los partidos y sentando un precedente de que proyectos similares pueden crecer, no en un futuro lejano, sino en un futuro muy cercano.

Pero ante esto, este proyecto político, del “candidato independiente”- y con esto – tiene un serio, un muy serio tropiezo político.

El retroceso es colosal, porque “El Bronco” exhibió torpeza política; lenta, muy lenta, reacción ante el justo reclamo de los familiares dolidos, desesperados. Y la imagen de “El Bronco” se deshizo y se desdibujó enormemente por esto solo hecho, mezcla de descuidos, de posición sobrada por el reciente triunfo obtenido, pero al fin de cuentas todos estos vicios e ineptitudes, hijastros del “pecado capital” conocido como soberbia.

En la época de oro del “presidencialismo” – que de ninguna manera es, por la cita, añoranza – por menos de eso, por mucho menos de eso, el Presidente de la República removía, en una cuantas horas, al gobernador inepto, descuidado o bien soberbio. Esos pecados no estaban permitidos.

El presidente Carlos Salinas de Gortari bien puede ser uno de los mejores ejemplos de lo que estoy hablando, pero no fue el único. Así era el mando, el estilo, la disciplina de gobernar.

Durante su gobierno, Salinas de Gortari cambió, quitó, a 16 gobernadores de otros tantos estados del país. Y sus decisiones eran implacables, indiscutibles.

A don Jaime Rodríguez Calderón no será Peña Nieto quién lo quite, porque sencillamente no lo puso, sino que será el desprecio de la misma gente de ese estado, el que le vaya restando confianza, poder.

Entonces, el llamado proyecto independiente, ciudadano, parece con esto tener un serio tropezón. Por eso la ferocidad, la rabia con la que fue exhibido, atacado por los representantes de los partidos, del poder político en el Congreso de la Unión y voceros de estos partidos, al desdichado “Bronco”.

Nadie, absolutamente nadie lo defendió.

Y por supuesto, el muy lamentable hecho no fue para menos. No, para nada.

Y de eso “El Bronco” tardíamente se dio cuenta.

Las redes sociales lo hicieron añicos. Tendrá un gobierno muy complicado y una gobernanza casi imposible.

Andrés González

Periodista de toda la vida, egresado de la escuela Carlos Septién García, catedrático en la Universidad de Guanajuato, analista político en radio y prensa escrita, además de Premio Estatal de Periodismo en el 2000.


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