Seguridad en Querétaro: Percepción vs. realidad

A principios de esta semana fue detenido en Querétaro un presunto jefe de plaza del grupo criminal de Los Rojos. Le apodan La Medusa y es investigado por delincuencia organizada, específicamente por secuestros en Guerrero.

A nivel nacional trascendió su captura de forma fugaz, porque se le vincula con la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa.

Su aseguramiento fue un logro por los cuerpos de seguridad de Querétaro, en el marco de un operativo conocido como frontera. Ahí se vio la eficacia de estas acciones policiales

No es el primer miembro de la delincuencia organizada que cae en la entidad queretana. La lista es larga. Y eso sin duda es motivo de análisis: preocupa su estancia, pero también hay que reconocer su detención.

Sin embargo, este hecho, al parecer no tuvo tanto eco en la opinión pública local, sobre todo en las redes sociales, que en muchas ocasiones sirven como un termómetro de los temas relevantes para grupos sociales.

Un par de días después me entero en un lapso de menos de 8 horas de dos robos a casas de personas conocidas, así como el robo de piezas al vehículo de un compañero de trabajo.

Los tres delitos fueron cometidos en zonas y colonias distintas en la capital queretana, pero en los tres hay rabia e impotencia por parte de las víctimas, además de indignación en las redes sociales y sus círculos cercanos.

Estas amargas experiencias de robos al patrimonio de personas ocurrieron unos días después de que una encuesta del INEGI reportara que en marzo mejoró la percepción de seguridad respecto a diciembre del 2016 en Querétaro.

Según esa encuesta, el segundo sitio donde la población queretana se siente más segura es su casa; y el tercero es en su vehículo.

Las personas que ayer fueron víctimas de los robos poco creerán en los datos publicados por el INEGI. Su percepción, posiblemente será otra.

Lo mismo le pasó a 951 familias que denunciaron el robo a su casa en los primeros tres meses del año en el estado de Querétaro. De esa cifra, 25 fueron con violencia.

Las denuncias de enero a marzo de 2017 son superiores por mucho a las registradas en el primer trimestre de 2016, cuando el total de denuncias por robo a casa en Querétaro fue de 611, de las cuales 29 fueron con violencia.

951 vs 611. Hay dos posibles explicaciones para estos datos:

La primera es que se incrementaron considerablemente los robos a casa de un año a otro; y la segunda es que subió el número de denuncias por la implementación del nuevo sistema penal acusatorio en la capital queretana a partir de junio de 2016.

Seguramente la población se inclina más por la primera explicación, mientras que las autoridades por la segunda. Puede ser que en la práctica influyan los dos factores.

Independientemente de la eficacia en las investigaciones para detener y enjuiciar a los delincuentes; una vez cometido el robo, la víctima ya fue vulnerada en lo que consideraba su entorno seguro. El daño ya está hecho.

La percepción de mayor o menor seguridad crece de manera exponencial de boca en boca y más aún en las redes sociales.

A Juan Pueblo le impacta más el robo a la casa o coche, que la captura de un delincuente de mediano o alto perfil. Ambos son importantes, y en los dos se trabaja, según los informes de los cuerpos policíacos; pero las cifras nos demuestran que todavía hay mucho por hacer en disminuir la incidencia de los delitos que más le pegan a la población.

Esta vez, los datos duros han tirado a la basura la realidad que muestran las encuestas.