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Recuerdo de Rafael Tovar y de Teresa

Por - 11/12/2016

Tovar y de Teresa fue para mí un ejemplo de intelectual y de funcionario público. Su vida encarnaba algo en lo que creo profundamente: se puede y es un honor servir a la Patria con inteligencia y conocimiento

 Recuerdo de Rafael Tovar y de Teresa

Hay personas a quienes no se ve jamás en vivo, pero a cuya admiración se aúna cierta familiaridad que no tiene fundamento en ningún trato que la explique. Así me pasó con Rafael Tovar y de Teresa, recientemente fallecido en el cargo de Secretario de Cultura del Gobierno de la República.

¿Por qué admiraba a don Rafael? Y más aún, ¿por qué es relevante escribir este pequeño recuerdo? Considero que ambas razones se enlazan, y me impelen a homenajearlo en su partida.

Tovar y de Teresa fue para mí un ejemplo de intelectual y de funcionario público. Su vida encarnaba algo en lo que creo profundamente: se puede y es un honor servir a la Patria con inteligencia y conocimiento. Que los mejores hijos de la Nación pueden ponerse a su servicio, sumando a su lealtad las prendas excepcionales de la cultura y la moderación.

Como intelectual, su sólida formación en Derecho e Historia, obtenida no solo en la academia sino también en la casa paterna así como en los viajes, le permitieron desarrollar una personalidad renacentista, que podía moverse lo mismo en el ambiente político que en el diplomático. Entendido tanto en música como en cine o ciencia, se convirtió en el puente ideal entre el servicio público y el mundo de la cultura, porque pertenecía a ambos.

En tanto escritor, sus textos sobre el porfiriato dan cuenta tanto del recuerdo familiar como de una prosa limpia y precisa a la vez que elegante. Sus libros muestran una cultura amplia expresada con discreción y elegancia, puesta al servicio del lector, no del ego. No exculpan al Héroe del dos de abril, buscan entenderlo.

Este tipo de intelectual-funcionario tiene un ilustrísimo pasado en nuestro país. Desde distintas posiciones políticas, Lucas Alamán, Justo Sierra (“De los viejos el más joven, y de los jóvenes mentor” se decía de él) José Vasconcelos, José Gorostiza, Daniel Cosío Villegas, Manuel Gómez Morín, Jesús Reyes Heroles son ejemplos de esta tradición que hunde sus raíces desde la Colonia.

Pero hoy, debemos reconocerlo, estamos faltos de tales figuras. Cierto, hay políticos brillantes y capaces, inteligentes técnicos con todo el conocimiento para desarrollar sus funciones. Pero mentes amplias, personajes cultos con perspectiva humanista, no sobran.

En un elegante libro sobre bibliotecas personales, Tovar y de Teresa afirmó: “… una biblioteca no es sino un proyecto de lectura”, me quedo con esa frase que me consuela por todos los libros que tengo y que no he leído aún.

Tal vez don Rafael hubiera querido, como don Alfonso Reyes, que lo llevaran a su biblioteca para tener, como últimos compañeros de vida, a sus libros, los que escribió y los que leyó.

Descanse en paz Rafael Tovar y de Teresa. Escritor. Intelectual. Funcionario. Mexicano ejemplar


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