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Proceso Electoral 2020-2021, ¿El “Proceso de la Mujer”? 

Por Andrés González - 15/04/2021

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

Después de los números que arrojaron los registros de los y las aspirantes a la gubernatura, ya nadie puede negar que la presencia de la mujer – en este nivel – sea una realidad, porque de los 10 candidatos figuran siete mujeres. Y nunca, en el Querétaro moderno – mucho menos en el anterior – se había tenido esa proporción.

 Proceso Electoral 2020-2021, ¿El “Proceso de la Mujer”? 

Con la definición de la totalidad de los registros a todas las candidaturas en el estado, se aclara también la “perspectiva de género”, en apuros mayúsculos para las dirigencias de partido y que hubieron de adaptarse – más o menos – a  esa paridad total para todos los cargos, desde la gubernatura en definición nacional, las presidencias municipales y sus fórmulas, hasta las candidaturas a las diputaciones locales, con sus respectivos compañeros de fórmulas.

Y todas las dirigencias “pasaron aceite”.

Después de los números que arrojaron los registros de los y las aspirantes a la gubernatura, ya nadie puede negar que la presencia de la mujer – en este nivel – sea una realidad, porque de los 10 candidatos figuran siete mujeres.

Y nunca, en el Querétaro moderno – mucho menos en el anterior – se había tenido esa proporción. Y llegaron sí, por exigencia de ley, en esa paridad obligada, pero también por su capacidad y preparación, para venir a decirnos a todos “aquí estamos…sí podemos”.

Y la están haciendo.

Las siete mujeres tienen nivel de estudios superiores: Celia Maya, licenciatura, exmagistrada del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Querétaro; Abigail Arredondo Ramos, licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ);  Bety León, que lleva el último semestre para licenciatura; Raquel Ruiz de Santiago Álvarez, licenciada en mercadotecnia por la Universidad del Valle de México; María de Jesús Ibarra Silva, licenciada en derecho por la UAQ; Katia Reséndiz Jaime, licenciatura en administración y Penélope Ramírez Manríquez, abogada, con maestría en educación.

Todas ellas están ahí por su capacidad demostrada; son de fácil palabra y tienen, todas, una clara vocación para la política.

Los ajustes para el resto de las posiciones electorales en juego, con jalones y todo, más o menos se cumplieron.

Y aquí sí se encuentran diferencias de partido a partido.

La situación de paridad – y hasta donde se sabe – en Morena se medio cumplió, con el arrastre de un método completamente antidemocrático, que deja más aspirantes heridos que candidatos sanos.

En el Partido Acción Nacional si bien cubrieron cuestiones de paridad numérica, tanto para alcaldías como para diputaciones, se repitió el vicio del “agandalle” de género en las presidencias municipales mayores. Y el “corredor del poder” político que existía para las zonas metropolitanas, lo volvieron a asegundar con nominaciones para varones en los municipios de Querétaro, Corregidora, El Marqués, Pedro Escobedo y San Juan del Río. El sector femenino de este partido guardó institucionalidad, digámoslo en el mejor de los términos.

Un día y antes del inicio del proceso electoral, se ofrecía una conferencia en las oficinas del Comité Directivo Estatal del PAN en esta capital sobre el tema de paridad de género. Su presidente, el licenciado Agustín Dorantes, defendía la existencia de paridad en ese partido. Y mi pregunta versó sobre ese particular, cuando argumenté diciéndole que una cuestión es la intención y otra muy distinta los hechos. Le dije sobre las presidencias municipales de la zona metropolitana ocupadas por varones – y se repite –;  sobre la misma dirigencia estatal de ese partido – presidente y secretaría general – que recaía en varones – y siguen – pero también en que este “agandalle” se viene dando en ese partido aquí en Querétaro casi desde su fundación, porque de 50 fotografías de expresidentes del PAN Querétaro, todos eran varones, a excepción de una sola mujer.

Y el vicio se repitió para este proceso. Pero claro, ahí no manda Agustín, sino el “jefe político” que está en una oficina de Plaza de Armas.  Y Agustín obedece sin chistar siquiera. Como presidente del PAN Querétaro, Agustín podrá tener voz, pero no tiene voto.

En el PRI, el 59.7 por ciento de las candidaturas locales de ese partido son para mujeres, guardando la ley como está y hasta dando ribete. En ese partido no han dado a conocer cómo vienen los plurinominales, tanto para el Congreso como para las fórmulas de los ayuntamientos. Esperemos que ahí no venga el “agandalle”, porque todavía existen unos jaloneos de aquellos que para qué les cuento.

En el partido “Querétaro Independiente” con candidaturas comunes y todo, las presidencias municipales quedaron para siete mujeres y nueve varones. Para las 15 diputaciones locales, donde también se dieron candidaturas comunes, los números quedaron con siete para las mujeres y ocho para los hombres. Se medió cumplió pues.

En el resto de partidos, guardar esta paridad representó para las dirigencias locales, fuertes dolores de cabeza, con arreglos de última hora, esperando todavía las definiciones de aprobación o rechazo por parte del Instituto Electoral del Estado de Querétaro.

La mujer está presente en este proceso electoral 2021, pero todavía no en la proporción que le corresponde y tampoco en reconocimiento a su capacidad y preparación que va en ascenso.

Caminante no hay camino…

Andrés González

Periodista de toda la vida, egresado de la escuela Carlos Septién García, catedrático en la Universidad de Guanajuato, analista político en radio y prensa escrita, además de Premio Estatal de Periodismo en el 2000.


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