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¿Por qué o para qué nos distraen tanto?

Por Héctor Parra - 13/08/2018

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

No hay día que no den conferencia de prensa aquellos que iniciarán a cogobernar administrativamente en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el 1º de diciembre próximo, dentro de poco más de 90 días

 ¿Por qué o para qué nos distraen tanto?

Foto: EFE

No hay día que no den conferencia de prensa aquellos que iniciarán a cogobernar administrativamente en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el 1º de diciembre próximo, dentro de poco más de 90 días.

Aún no gobiernan ni administran y ya tienen el control de los medios –que sí lo tienen- de comunicación. Afuera de la casa del Presidente electo, están apostados día y noche un grupo nutrido de reporteros en espera de cualquier información que les dé la oportunidad de ser los primeros en difundirla, después vienen las redes sociales, los analistas, los memes y terminan por captar la atención de todos, por muy simple que sea la información que brinden los conferencistas, ávidos en no perder el “rating” de la información.

Así encontramos a diario declaraciones de Andrés Manuel López; o de Olga Sánchez Cordero; de Alfonso Durazo Montaño; de Dolores Padierna; vamos hasta el señor de las ligas nos entretiene: el profesor René Bejarano; Carlos Manuel Urzúa Macías; Alfonso Romo Garza; Martí Batres; Mario Delgado Carrillo; Ricardo Monreal; Tatiana Clouthier; incluso el beligerante e irrespetuoso de Gerardo Fernández Noroña, quien arremete en contra de la cantante Conchita Alonso y le pregunta ¿En qué basurero comes?; o la periodista metida en la política quien pronto cobrará como legisladora federal Lilly Tellez, asalta las redes sociales para criticar todo lo que venga de la oposición y aplaudir lo que sale de Morena, aunque no le hagan el menor caso; la delegada electa o presidenta municipal electa Layda Sansores San Román, quien se dice honesta y la desnudan con sus excesivos gastos de senadora, no cesa en declaraciones.

A estos y a más no les falta tema para que sea aplaudido o abucheado. Algunos se arrebatan la titularidad de los asuntos, como Olga Sánchez y Alfonso Durazo, en materia de seguridad nacional.

Empezando por Andrés Manuel López Obrador, que diario abre distintos frentes a polemizar, desde aquella declaración de que no habrá más gasolizasos y de inmediato entró al “quite” Manuel Urzúa, a los que les modificaron la denominación para llamarlos “ajustes nominativos”; o la amnistía que poco a poco va cambiando de rostro debido al rechazo social, principalmente el de las víctimas, que no quieren ni perdón ni olvido que ofrece Andrés Manuel y Durazo.

Qué decir de la legalización de las drogas que propone la Ministra en retiro Olga Sánchez, que no será legisladora, por lo cual los estadounidenses de inmediato rechazaron tajantemente. O el tema que “roban” entre aquellos que son legisladores electos y se disputan aquello de las economías de sus presupuestos que promoverán como Padierna, Delgado, Batres o el mismo Monreal.

Tatiana que puso el desorden al manifestar su inconformidad con el adelantado nombramiento de Bartlet que estará al frente de la CFE, a lo cual López Obrador tuvo que salir al paso para manifestar el respeto a disentir de Tatiana. Alfonso Romo, futuro jefe de gabinete se mete en temas fiscales y adelanta que no habrá condonación fiscal para el 2019. Mario Delgado que promete terminar con la cultura de los “moches”.

Es así como tiene a todos entretenidos, aquellos que apenas están elaborando el programa de gobierno y tiran a la basura su plataforma electoral que supuestamente debió hacerlos ganar, se enfrascan en temas muy delicados, como los que aborda Durazo, quien dice que en tres años abatirán los homicidios dolosos hasta en un 30 o 50% y el tema de seguridad pública lo someten a consulta popular; por cierto, no aceptó la invitación el papa a las pláticas de pacificación, aunque habían asegurado que vendría.

Ni idea tienen, el objetivo es distraer, entretener a la sociedad mexicana ávida de escuchar –al menos- que los problemas que aquejan a millones de mexicanos por fin serán resueltos por la próxima administración, cuyos cuasi-funcionarios ahora todo lo están aplazando a tres años. Entonces ¿Por qué adelantan tanto lo que emprenderán cuando ejerzan los cargos públicos? ¿Cuál es el propósito de quienes no tienen función alguna en estos momentos? En tanto los que sí ejercen funciones, casi son ignorados por los medios de comunicación, si acaso difunden prolíficamente la comisión de hechos delictuosos, muertes, asaltos, robos, etcétera.

Incluso tuvieron que entrarle a la mediatización los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quienes son duramente criticados por los privilegios que se auto-otorgan benévolamente en la repartición de los dineros públicos, los que han ofrecido bajar de su presupuesto la nada despreciable cifra de 5 mil millones de pesos ¿No que estamos atrasados en la impartición de justicia y requieren de mejorar y ampliar su infraestructura? ¿También ingresaron al populismo? ¿No afectará la impartición de la justicia federal el bajón de 5 mil millones de pesos?

O bien, con la medida que anunciaron del ahorro aceptan cínicamente que están excedidos en dinero. Por cualquier rincón hay que buscar ahorros en el presupuesto, es la consigna, el objetivo para poder cumplir con los compromisos de campaña.

En tanto buscan cómo ahorra, el mismo Andrés Manuel, ofrece perdonar deuda de 34 mil millones a deudores de luz ¿Qué? Sí, de tal manera que es un verdadero caos en el que pocos reparan para no molestar a López Obrador. Y así, la mediatización de la información es una tormenta de declaración que a todos aturde y desorienta, generan incertidumbre y crean más dudas que certezas.

De un día a otro, los medios olvidaron los planes de ayer, antier, anteantier y así sucesivamente. Los empresarios se regocijan con las promesas de Andrés Manuel y Juan Pablo Castañón, Presidente del Consejo Coordinador Empresarial, queda feliz después de su reunión con el Presidente electo.

Contrasta con el discurso de López Obrador en donde recibió su constancia de mayoría de manos de la Presidenta de la Sala Superior del TEPJF, en donde resaltó que primero los “pobres y los más necesitados”, con los cuales hasta ahora no se ha reunido, solo el ofrecimiento de darles dinero a cambio de nada, becas y pensiones, dentro de los programas sociales.

Si se quiere ser simplista todo va bien. Ahora qué, si se analiza y estudia la “lluvia de declaraciones”, es ahí donde surgen las dudas ¿Por qué o para qué nos quieren distraer tanto? ¿Acaso ni ellos mismos se entienden? ¿Realmente no saben bien qué es lo que van a realizar? No es posible que en tantos años de campaña no tengan un plan de gobierno bien elaborado, definido y que todo pretendan resolverlo por medio de consultas o foros, como lo del nuevo Aeropuerto Internacional cuya construcción rebasa los 10 mil millones de dólares, y quieran sujetar su construcción a una consulta popular ¡Por favor! El caos de confrontación de declaraciones es evidente. Hay incertidumbre y preocupación.

Héctor Parra


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