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Ni Son Quijotes Ni Cabalgan…

Por - 14/12/2016

¿Qué ha hecho el PRI en Querétaro desde la derrota electoral del 2015?

 Ni Son Quijotes Ni Cabalgan…

Vamos por partes:

El PRI gana la gubernatura de Querétaro en 2009 en un escenario en el que el electorado buscó una alternativa a 12 años de gobiernos de otro partido y un movimiento en su interior de franca unidad y cohesión con la finalidad de alcanzar el triunfo.

Lo que vino después, fue un gobierno que se esmeró en desmarcarse del partido que lo llevó al poder, en señalar insistentemente que era una administración “sin colores”, quizá por el oportunismo de algunos de sus más encumbrados funcionarios que durante 6 años estuvieron lejos de la medición del pulso social dentro y fuera del instituto político.

La elección de 2012 fue una llamada de atención no atendida por el grupo en el poder en Querétaro, en la que, la votación en términos generales se redujo, perdiéndose el Senado y la mitad de los distritos locales y federales. Digo que el mensaje no se atendió, ni se entendió porque la línea de acción del gobierno y su interacción con el PRI poco o nada cambió: “Suertudo, vives en Querétaro”, “Tenemos al mejor gobernador del país” y muchas otras anodinas frases que se repetían sin cesar, pensando que la mayoría de los ciudadanos compartían ese cuento de hadas, mientras que al interior del partido gobernante ni se consolidaban estructuras ni se formaban nuevos cuadros.

El 2015 fue la consecuencia obvia de lo que pasó los 6 años anteriores, el PRI pierde la gubernatura, la mayoría de los municipios, más de las dos terceras partes de los distritos locales y federales y su votación total cae casi un 10% respecto del 2009. A los pocos meses de la debacle, se nombra –por enésima vez- una dirigencia interina con la finalidad de concluir el período estatutario que abarca hasta el 2017.

¿Qué ha hecho el PRI en Querétaro desde entonces? Salvo los desafortunados ataques al presidente municipal de la capital, poco o nada. Ni en los cargos directivos ni en los procesos de renovación del Consejo Político Estatal ni en los Municipales, se tiene la intención de sumar, ni de fomentar el debate. La dirigencia estatal no ha mostrado creatividad ni ganas de presentarse como una opción que cohesione a la militancia y sepa actuar como oposición responsable ante el gobierno. ¿Qué decir de algunos legisladores locales que entendieron que ser oposición era sinónimo de enfrentarse al gobierno por nimiedades, al grado de polemizar sobre si el secretario de Salud era o no era médico? Penoso.

Las misivas que envió el excandidato a gobernador al presidente del Comité Directivo Estatal, son un exhorto que cientos de militantes comparten pero que ante la falta de espacios para debatir y discutir el rumbo del partido, no son escuchados. Triste sin duda, el desdén con el que fueron respondidas, demostrando que no se tiene ni la madurez, ni la inclusión ni altura de miras que el partido necesita. Por ello, en la antesala de la renovación de la dirigencia estatal y las municipales, es preciso que se cedan los espacios a perfiles con capacidad, experiencia y tolerancia que logren posicionar al partido como una opción política seria y comprometida socialmente.

No hacer esto último, supone el riesgo inminente de un mayor revés electoral, ante la falta de candidatos congruentes y la ausencia de una verdadera alternativa de participación política para los queretanos. Ya que a la dirigencia estatal le gusta usar frases apócrifas de Cervantes, no está demás citar -ésta sí de su autoría- alguna que dice: “Es tan ligera la lengua como el pensamiento, que si son malas las preñeces de los pensamientos, las empeoran los partos de la lengua.”


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