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México ante Trump y las tres G´s

Por - 23/01/2017

El Rescate de los Gringos no será viable por lo menos durante los siguientes cuatro años

 México ante Trump y las tres G´s

Reza un viejo, conocido y rural refrán mexicano: “Entre más te agachas, más enseñas las naguas”, y aunque sé no es la forma más elegante ni sabia de comenzar un artículo, el refrán marca la crudeza que nos deparan por lo menos los cuatro años siguientes de la era de Donald Trump, toda vez que, desgraciadamente, nuestro país no ha delineado una política exterior un poco más agresiva y quizá talvez, más certera.

México siempre ha sido un país de una sola apuesta, en donde fincamos nuestras esperanzas y futuro en una sola persona (el presidente, el caudillo); de planes sexenales y por ende de muy cortos plazos; con deficiencias estructurales en nuestro régimen político, y sistema de partidos políticos al borde del colapso; una sociedad cuyo tejido se rompe a una velocidad alarmante por la ausencia de una ideología que cohesione a las personas en propósitos comunes; y, con una visión internacional acotada y peor aún condicionada por nuestro vecino del norte, derivada de una interdependencia compleja en donde el país más vulnerable del cono norte de este continente ha demostrado ser el nuestro.

Sobre este último punto fincaré el análisis de hoy. Mucho se ha discutido sobre si la relación entre México y Estados Unidos ha sido provechosa o no para ambas naciones, no nos toca hoy deliberar si realmente lo es, pero una realidad es que compartimos 3 mil kilómetros de la frontera más dinámica del mundo, tanto en comercio legal así como ilegal, migración, tráfico de drogas, armas y de personas, de recursos naturales y de tránsito de recursos financieros. Por tanto somos interdependientes. El anterior presidente norteamericano, Barack Obama, lo sabía; el presidente mexicano, Enrique Peña, al parecer finge no saberlo, y el presidente entrante, Donald Trump, no lo sabe.

Esta realidad de países interdependientes que se ha construido a partir del rejuego político de ambos países a través del tiempo, explica una relación histórica con altas y bajas, con encuentros y desencuentros, con acuerdos y desacuerdos, con quereres y rencores ¿De qué depende la relación? Puede ser que de muchos factores, pero hay uno en particular que me parece trascendente: la fortaleza o debilidad de un país.

México, en esta particular coyuntura que fue la elección presidencial en los Estados Unidos, se encontraba débil, consumido por la falta de dirección de un presidente que hoy goza con una aceptación de apenas el 12%, con reformas estructurales o más bien escenográficas e inservibles, que solo pusieron de manifiesto que el país ya no aguanta las simulaciones y cuya sociedad se ha tornado cada vez menos tolerante para su gobierno y entre sí.

Donald Trump, en estos precisos momentos está tomando protesta como el 45º. Presidente de los Estados Unidos, con problemas de legitimidad derivado por su triunfo en el Colegio Electoral, no en la voluntad ciudadana. Esta tomando protesta en medio de manifestaciones en las principales ciudades de la Unión Americana y de la agitación del más del 52% de los electores que no lo eligieron. Por ello, su lógica es muy simple; tiene que legitimarse rápidamente y México es su principal pretexto, México es su principal herramienta de formulación de política pública rápida y que le permita dar la impresión de que está cumpliendo sus promesas.

Por ello, es previsible en los primeros 100 días de su mandato, realice las siguientes acciones con relación directa a nuestro país:

1. Trate de anular el Tratado de Libre Comercio con América del Norte y el Acuerdo Transpacífico.

2. Comience a imponer tasas impositivas a mercancías provenientes de México y China.

3. Presione a aquellos estados de la Unión Americana que aún no cuentan con leyes en contra de los inmigrantes, a que las aprueben.

4. Comience las gestiones para la realización de deportaciones masivas.

5. Insista ante su Congreso la autorización de la construcción del Muro Fronterizo.

Ante la pregunta de qué le depara a México ante la presidencia de Donald Trump y ante éstas ya muy citadas acciones, la respuesta hubiera sido más halagüeña si el país tuviera mayor fortaleza, tan simple como eso. El escenario futuro próximo para nuestro país, no muestra señales esperanzadoras derivadas de nuestra debilidad e incapacidad de generar planes alternos ante los embates del exterior.

Derivado de ello, se prevé para nuestro país que:

1. La paridad cambiaria peso-dólar será muy volátil y en ocasiones muy especulativa como lo es particularmente hoy, por ser el día del inicio de la era de Trump.

2. Por otro lado y enlazado al punto anterior, es que de haber otro incremento en el precio de la gasolina el próximo primero de febrero, habrá presiones inflacionarias.

3. Tengamos que improvisar algunas acciones en los estados fronterizos para atenuar las deportaciones masivas.

4. Esperar algún viso de reacción del gobierno mexicano, que a la fecha no ha sucedido, lamento reconocer.

La única acción visible que tuvimos como respuesta ante los insultos del nuevo Presidente norteamericano fue el improvisado y mal calculado nombramiento de Luis Videgaray en la Secretaría de Relaciones Exteriores, a manera de “agradar” al nuevo huésped de la Casa Blanca, siguiendo la tradición de política “agachona”.

Las épocas de crisis deberían ser momentos de reflexión y de introspección, de honestidad con nosotros mismos y de capacidad de reconocer nuestros errores y de enmendarlos, por más doloroso que resulte aceptar la equivocación.

Nuestros problemas no vienen del exterior, ni son culpa de Trump ni de la población de los Estados Unidos, ni de los precios internacionales de la gasolina ni de Starbucks, Walmart, Ford o cualquier otra empresa norteamericana o extranjera asentada en nuestro país. Nuestros problemas son simplemente eso, nuestros, y derivan de nuestras decisiones, inclusive electorales.

Por ello, la idea del Boicot no es bajo ninguna circunstancia favorable para nadie, es más nos perjudicamos a nosotros mismos, puesto que hasta donde tengo entendido, las personas que trabajan en estas empresas y se cuentan por miles, son mexicanas y estamos lastimando su empleabilidad. La lógica debería ser que los mexicanos nos esforcemos y trabajemos a tal grado de hacer que las empresas domésticas sean tan productivas, competitivas y fuertes que generen los empleos que requerimos sin necesidad de depender de las empresas extranjeras.

Las tres rescates tipo G.

Durante años vivimos bajo el supuesto de que México saldría adelante de cualquier crisis gracias a los rescates de las tres G´s: El rescate Galáctico, aquel que permitiera una adecuada alineación del cosmos para acceder a nuestra buena suerte; el Rescate Guadalupano, donde fervorosamente los mexicanos rezáramos a nuestra Virgencita y salir así de la crisis; y el último, el Rescate de los Gringos, este no será viable por lo menos durante los siguientes cuatro años.


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