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Los 34… y corriendo

Por Andrés González - 28/08/2015

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

Es jueves 27 de agosto, del 15. En Querétaro, va para el medio día. Un día, una mañana, que tiene ya parte en la historia […]

 Los 34… y corriendo

Es jueves 27 de agosto, del 15.

En Querétaro, va para el medio día.

Un día, una mañana, que tiene ya parte en la historia de la entidad.

José Eduardo Calzada Rovirosa, ahora ex gobernador, deja el cargo y se va al gobierno federal.

Temprano entró a la LVII Legislatura la solicitud de licencia.

Es aprobada por unanimidad. Nadie se opuso, ningún diputado presentó argumento alguno. No a favor, menos en contra.

La tarde del miércoles todo se había operado. Todo se dispuso.

Después de las tres de la tarde, el gobernador José Calzada ofreció a su gabinete, una comida, la comida de despedida.

Un par de horas antes, acompañado de la señora Sandra Albarrán -su esposa- develan ambos la pintura oficial -foto- en el Salón Gobernadores del Palacio de Gobierno. Presentes, dos de sus hijos. También ahí, en un gesto por demás noble, don Antonio Calzada Urquiza, también ex gobernador. Con este va su esposa. Es un acto oficial pero casi en la intimidad familiar, en el orgullo de la familia. La pintura es obra del queretano Águila Herrera. En ella, Pepe viste camisa blanca, apenas sonriente. No lleva corbata.

Al pie, una laminilla metálica que tiene inscritos los años de gobierno: 2009-2015. José E. Calzada Rovirosa. Como en el resto de las fotos, esta tampoco lleva fechas precisas. Solo los años.

La tarde del martes -trascendió ahora- al gobernador José Calzada le enteran de la nueva responsabilidad. Es el presidente Peña Nieto quién personalmente se lo participa.

Entonces, este miércoles todo caminó en ese tenor: la develación de la foto -con su esposa, con sus hijos, con su padre-; la comida a todo su gabinete; la preparación de todo ante los diputados. Y disponen el protocolo meticulosamente Jorge López Portillo y Braulio Guerra Urbiola. La solicitud de licencia, el texto tal y como lo prescribe la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Querétaro. Todo. Enteran -en el mayor de los sigilos- al resto de los diputados. No hubo ni en ese momento ni después, oposición alguna.

Era una invitación -una orden, pues- presidencial.

Y había que acatarla.

Empero, la tarde del miércoles, el asunto colmó las redes sociales. Es la expresión que, libre, sustituye al rumor. Y se expande como el rayo.

Sin embargo, nadie atinaba el cargo. Solo Pepe lo sabía. Y Peña Nieto, por supuesto.

Antes de las nueve de la mañana de este jueves, a las puertas de la nueva sede legislativa estaríamos cuarenta, tal vez cincuenta comunicadores. Ahí, a lo corto, crece la especulación, las trivias.

En tanto -y desde temprano- Jorge López Portillo, sus auxiliares cercanos y los dos subsecretarios, se habían colado al interior del Congreso. A esa hora -antes de las ocho- Jorge ya llevaba la decisión del gobernador saliente.

En tanto y conforme a programa, los diputados cumplen con la orden del día.

En sesión solemne -el decreto así lo establece- la LVII legislatura entrega la medalla “Ricardo Pozas Arciniega” al Prof. Severiano Andrés de Jesús, en reconocimiento “a sus acciones en beneficio de la población indígena”. Él mismo es uno de ellos, nacido en pleno corazón de la tierra de los otomíes queretanos, en Santiago Mexquititlán, comunidad del municipio de Amealco. Es autor de una Gramática Otomí, la única que hasta ahora se ha hecho.

Arriba y en la oficina del presidente de la legislatura, se ultimaban los preparativos. En eso estaban León Hernández con Jorge López Portillo cuando, hacía las once y veinte de la mañana, llega la comisión de diputados a enterarle a Jorge la aprobación de la solicitud de licencia y la decisión de que este -Jorge- sería el nuevo gobernador interino de Querétaro. Cuestiones todas, de mero trámite.

A las once y media, baja esta Comisión y el aludido. El salón del Pleno estaba ya totalmente lleno. En la parte alta y central del lunetario, acomodados ya la generalidad de los miembros del gabinete calzadista.

Abajo, los diputados que habían dado aprobación unánime a la petición de José Calzada.

Cuando sale del elevador Jorge López Portillo y los diputados de esa comitiva, un mar de cámaras fotográficas y de video les esperan. Jorge se detiene por unos segundos y entra decidido al Salón de Plenos. Apenas saluda y sonríe. Se instala en el presídium donde también ya estaba el magistrado Carlos Manuel Septién Olivares, presidente del TSJ.

E inicia la sesión.

Se da en estos breves momentos, la triada gubernamental, cuando Querétaro tiene tres gobernadores. El electo constitucionalmente y por el voto del pueblo, José Eduardo Calzada Rovirosa, instalado ya a esas horas, en algún lugar del Palacio Nacional para recibir el nombramiento como Secretario de la SAGARPA; el entrante ya decidido por la LVII legislatura Jorge López Portillo y el electo, Francisco Domínguez Servién, cuya toma de posesión -y con toma de protesta idéntica a esta- gobernador a partir del primero de octubre.

El presidente del Congreso entera a los diputados, a los presentes, a Jorge López Portillo, para que “se sirva rendir protesta en los términos de Constitución y de Ley”. El reloj marca las once y cuarenta y ocho minutos en punto.

“Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la del Estado de Querétaro y todas las leyes que emanen de ellas y desempeñar, leal y patrióticamente, el cargo de Gobernador del Estado de Querétaro, que el pueblo me ha conferido, por el bien y prosperidad de la República y de esta entidad federativa”.

Y viene el cargo, pasadero en estos solo 34 días:

“Si así no lo hiciere, que el estado y la nación me lo demande”.

El discurso del nuevo gobernador fue de cumplidos, de trámite. Reconocimientos a José Calzada -era de esperarse, a este le debe el cargo, no al pueblo- “fue un gobernador eficiente”, dice y hace mención de la transición que se realiza. Para el que viene, a Francisco Domínguez Servién también lo alude en un breve discurso de solo cinco minutos. “Se entregarán los asuntos del Poder Ejecutivo de manera transparente, civilizada… los nuevos gobernantes deben ser dignos portadores de la responsabilidad que les ha confiado el pueblo de Querétaro. Me consta que el gobernador electo Francisco Domínguez es un hombre que sabe escuchar a la gente y sabrá conducir con sensibilidad y atingencia los destinos de los queretanos”.

Y el compromiso -este si personal- que a la voz dijo:

“Mi responsabilidad será… garantizar la paz social, la gobernabilidad, la seguridad social de la que gozamos hoy en día. Haré lo necesario para que este clima de respeto institucional, de civilidad y de transparencia llegue a buen puerto hasta el ingreso del nuevo gobierno”.

Los aplausos fueron breves, los saludos, la primer entrevista.

Entre los asistentes, emocionada, la señora Felicitas Tostado, la madre del nuevo gobernador; su esposa, Lourdes Alcántara; sus hijos, Ricardo, Fernando y Magali. Ante ellos, también la expresión de la responsabilidad citada.

Comenzaron a correr ya, los 34 días.

Andrés González

Periodista de toda la vida, egresado de la escuela Carlos Septién García, catedrático en la Universidad de Guanajuato, analista político en radio y prensa escrita, además de Premio Estatal de Periodismo en el 2000.


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