Lo que no es Uber…

Hace unos días, en el Distrito Federal se empezó a hablar sobre la necesidad de regular la red de usuarios de transporte llamada Uber. Con ello, seguramente, en el resto de las entidades federativas se discutirá el asunto desde el punto de vista legislativo. En este orden ideas, estamos acostumbrados a definir las por lo que son, sin embargo quisiera dedicar estas líneas para señalar todo aquello que no es Uber:

En primer lugar, Uber no es una modalidad de taxi pirata, porque para que algo sea pirata, tiene que ser copia del original. En este caso, las condiciones que ofrece dicha aplicación son diferentes a las del taxi por lo que estaríamos revolviendo y comparando cosas que no son semejantes.

Uber no es competencia desleal para los taxis. Por principio de cuentas, para que exista competencia tiene que haber libertad de mercado, y en el caso de los taxis no la hay, ya que son un monopolio que el estado administra por la vía de las concesiones.

Uber no intenta evadir sus obligaciones de carácter fiscal, y cuando un usuario lo solicita, emiten factura por los servicios prestados.

Uber no utiliza vehículos destartalados, incómodos, inseguros o altamente contaminantes. Tampoco definen sus tarifas en función de las características del usuario ni se niegan a trasladarlo al lugar que desea si se niega a pagar el sobreprecio que determinen.

Uber no emplea a cualquier conductor, sino hasta que aprueba una serie de exámenes toxicológicos, de manejo y de no antecedentes penales que le de certeza al usuario de que llegará sano y salvo a su destino.

Uber no es una ocurrencia o un negocio emergente de algún diputado que en franco conflicto de intereses, pretende legislar en favor de su patrimonio personal.

Uber no es una organización gremial ni tiene líderes que sostenidos por generosas prestaciones económicas, ofrecen “protección” a sus representados, ello siempre sujeto a la coyuntura política y de lo que le puedan exigir al gobierno en turno.

Así las cosas, esperemos que en todos los estados del país –incluido nuestro querido Querétaro- se estudie el tema como bien lo plantea la Comisión Federal de Competencia, como una nueva categoría o modalidad de transporte que viene a innovar el mercado. De igual modo que la regulación se limite a “tutelar objetivos públicos elementales en materia de seguridad y protección del usuario, y no imponer restricciones injustificadas a la competencia y libre concurrencia”. Todo esto le dará más opciones al consumidor que, sin duda, será el gran beneficiado.