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La visita papal

Por - 13/02/2016

Quedan atrás las visitas papales de Juan Pablo II y Benedicto XVI, el primero con el carisma del estadista y líder religioso, en tanto la […]

 La visita papal

Quedan atrás las visitas papales de Juan Pablo II y Benedicto XVI, el primero con el carisma del estadista y líder religioso, en tanto la de su sucesor, más formal, quizá más espiritual. Ahora toca a Francisco, en un estilo muy pastoral, más cercana a los más necesitados, y digo necesitados no solamente con los pobres económicamente hablando, sino también para aquellos que se encuentran ávidos de mayor fe.

La venida del Pontífice marca ya enormes divisiones en la opinión pública, desde aquellos que alegan que se harán gastos excesivos, los que sostienen que se lesiona el Estado Laico, y otras voces más que protestan sin ofrecer mayor argumento alguno. Por el otro lado, habrá quienes son muy tradicionalistas en el catolicismo hasta los más moderados. Pero, lo importante es subrayar que el Papa es un personaje con doble status internacional, ya que representa a dos sujetos internacionales reconocidos por el Derecho de Gentes, es decir, es Jefe del Estado Ciudad del Vaticano, y al mismo tiempo el Jefe de la Santa Sede. Debo destacar que en el plano mundial, curiosamente es la Santa Sede la que está acreditada en organismos internacionales, quien más firma tratados internacionales, y en algunos momentos ha operado como mediador en crisis como la del Golfo Pérsico, la del Canal del Beagle, entre otros.

No debe esperarse la venida de un mesías, ni la de un mago harrypotteriano que viene a componer nuestro país, más bien se trata de un hombre sencillo cuyo discurso versa sobre la paz, el medio ambiente como de otros problemas actuales; seguramente existen críticas acerca de un supuesto escenario de distracción ante los grandes problemas nacionales, aunque estoy cierto que hay otros distractores más efectivos, como los reallity shows o programas similares, y habrá quienes saquen provecho político o económico; también es verdad.

Supongamos que en efecto se trata de una visita light, pero los temas que se tratan son corrupción, migración, pobreza, seguridad y familia. Para el Papa, el problema radica en el relativismo, nihilismo, individualismo extremo, consumismo, contaminación, y sobretodo, la falta de solidaridad mundial.

Finalmente, quien quiera verlo y oírlo que así lo haga, el que no, pues simplemente tendrá otras opciones, aunque a alguno que otro no le caería nada más escuchar el mensaje de Francisco, y estoy cierto que él en su estancia en México nos dirá:

Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.
Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón.
Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.
Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.
Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.
Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.
Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría.

Si nos sumamos todos, o una gran mayoría, el país sí puede cambiar.


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