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Institucional el cinismo presidencial

Por Héctor Parra - 08/10/2019

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

Los 2 últimos evidentes casos, son la persecución política de la que es objeto el exministro Eduardo Medina Mora y la no entrega de recursos económicos de sus programas sociales estrellas

 Institucional el cinismo presidencial

Foto: Especial

 

El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, peca de cínico, nunca es culpable de nada, siembre resbala las responsabilidades, de sus errores no se hace responsable y culpa a otros; de las fallas de su administración, además de no reconocerlas, las imputa a terceros.

Los 2 últimos evidentes casos, son la persecución política de la que es objeto el exministro Eduardo Medina Mora y la no entrega de recursos económicos de sus programas sociales estrellas.

Del primero, niega e insiste que no se trata de persecución política la de Eduardo Medina Mora. Primero, el Presidente debiera (no lo es) ser prudente y evitar meterse en todos los problemas, ya que los que no existen, los inventa.

Por demás obvio que López Obrador, debe y tiene que negar que se trate de una persecución política; será inepto e incapaz, pero no es tonto. Solo faltaba que él mismo reconociera que sí es perseguido político el exministro y que su gobierno lo fustiga, razón de ello fue la renuncia al cargo que solo es renunciable por causa grave.

Por cierto, Medina Mora se negó asistir al Senado a explicar las causas de su renuncia, por lo cual los senadores no debieran aceptarla, pero como es un asunto del interés del Presidente de la República, le darán trámite y notificarán a López Obrador, la renuncia oficial para que, entonces se cumpla el capricho presidencial, de imponer al tercer Ministro y poco a poco hacerse del control total de ese Poder público.

Ni venganza ni persecución, afirmó el presidente; tampoco pidió se acosara a Medina. Ah, qué Presidente tan infantil, solo sus seguidores pueden creer tal mentira. Y solo un retrasado mental aceptaría que sí se trata de persecución política.

Conociendo la manera de actuar de Andrés Manuel López Obrador, su único propósito es el de continuar en la cúspide de la mediatización de todos los asuntos. Nadie cree que haya un denunciante anónimo, a virtud de ello se haya iniciado la investigación por parte de la UIF a cargo de Santiago Nieto Castillo, fiel al cumplimiento de las instrucciones de su jefe.

Claro que es una persecución, de lo contrario no hubiera renunciado al honroso y lucrativo cargo de ministro, nadie en su sano juicio lo hace, salvo causas de extrema necesidad. Literalmente Mora salió huyendo de la magistratura y de la SCJN.

El presidente logró su objetivo y aquí estamos, comentando sus mentiras, todos los medios de comunicación hicieron lo propio, la mediatización es el fuerte de López Obrador, sin importar que se trate de mentiras. Siguió con la tónica, argumentó que no propondrá a un ministro a modo, ya no es como antes.

¡Por favor! Hoy es peor, el cinismo prevalece sobre todo, sin importar que la verdad salga a flote, hay que negar el hecho. Y la crítica desgastada, antes era distintas las cosas, hoy son diferentes. Pues sí, al menos antes disimulaban, hoy el Presidente es descarado y mentiroso, pero argumenta lo contrario.

Más declaraciones de igual similitud de cinismo presidencial. Por gira política en la sierra del Estado de Guerrero, el Presidente de la República, antes que sufrir un descalabro al enterarse que no se había entregado el dinero de la subasta de bienes incautados, culpó de los tortuosos trámites burocráticos, a 10 de meses de ejercicio de su gobierno, a las administraciones pasadas.

Sí, argumentó que por culpa de ellos no se les había entregado el dinero a los que fue a visitar. Su ineficaz arguyo, les dijo que él ya había firmado el cheque (¿Quién lo desmiente?) pero el dinero no había llegado a los guerrerense. Ese fue el motivo para continuar con el discurso desgastante de culpar de todos sus errores a los que ya no están desde hace 10 meses. Lo inconcebible.

También dijo, entre sus acostumbradas mentiras que: “el destino de dichos recursos son los municipios de La Montaña de Guerrero, aunque no han podido cobrar por trámites burocráticos que se heredaron de anteriores administraciones”. ¿Qué? El Presidente tiene 10 meses administrando, gobernando a placer, haciendo con el dinero lo que le viene en gana, incluso regala dinero a países centroamericanos. Entonces ¿Por qué culpa el Presidente de la ineptitud y errores de su administración a quienes ya no gobiernan ni administran desde hace 10 meses? El ramplón cinismo presidencial sin límites. Y aún hay quien le cree a “pié juntillas”.

Continuó López Obrador con el enjundioso discurso para intentar esconder su incapacidad para gobernar, mostrando con orgullo su cinismo, también dijo: “Y se le entregan, creo que de una subasta de joyas, 40 millones de pesos a dos municipios pobres de La Montaña de Guerrero y yo hasta les entrego simbólicamente un cheque de papel. Pasan dos meses sin poder cobrar el cheque”.

Él mismo se exhibe, nadie sabía que, según él, ya había firmado el cheque ¿A quién corresponde la ineficiencia e incapacidad para administrar? ¡Por supuesto que a López Obrador, al presidente de la República! No valen sus argucias discursivas ni sus mentiras para esconder la verdad, los nuevos burócratas son los ineptos para administrar, el nuevo régimen da muestras de su incapacidad. La tónica del gobierno de la 4T, es no entregar recursos económicos, así lo han hecho con los de la tercera edad, con los “ninis” y muchos más; literalmente el dinero “lo jinetean”, lo esconden, lo desvían y luego echa culpas a los fantasmas que persiguen al presidente.

Parece definitivo que así será la tónica del gobierno de la cuarta transformación, que más bien se ha traducido en deformación; no reconocen los errores para corregirlos, resulta más fácil culpar a otros de las torpezas. Mucho más sencillo endilgar a otros las ineficiencias propias, la incapacidad reiterada es corrupción; vaya que está costando mucho a México.

López Obrador continuó machacando sobre su incapacidad, dijo sobre la problemática de la falta de entrega de los recursos: “¿Por qué? Porque faltaba una firma, porque así fue la herencia que recibimos, burocrática, no les importaba la gente, no estaba el gobierno hecho para servir al pueblo, el gobierno estaba para facilitar el saqueo, para hacer negocios al amparo del poder público”. ¡Mayor cinismo del presidente, imposible!

Andrés Manuel López Obrador se trampea solo, se hunde en sus propios lodos de mentiras. Pero sus seguidores de franciscana paciencia le creen, sobre todo si de obsequiar dinero se trata, después arranca aplausos. En el monólogo que acostumbra, López remató con otra de sus desgastadas frases: “Cuarta Transformación no es retórica ni demagogia”.

Reiteró la mentira más mencionada en sus discursos: “arrancar la corrupción de la vida pública de México”. ¿Cómo? Si lo que ha hecho este gobierno es precisamente todo lo contrario, ha inaugurado la nueva forma de corrupción, la ponen en práctica, después echan culpas al pasado de ello de su propia irresponsabilidad ¡Cinismo institucional!

Héctor Parra


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