¿Festejar el mayor fraude electoral de la historia?
Cuando se había llevado cabo el fraude en muchas casillas, el mayor e infame fraude estaba por llevarse a cabo en el seno de las oficinas del INE
Hace una semana exactamente, la señora Guadalupe Taddei, fraguó, junto con el gobierno federal -AMLO- el mayo fraude electoral de la historia. Las pruebas abundan para probarlo, aunque no para anular la elección presidencial y de paso las elecciones para senadores y diputados federales.
Cuando se había llevado cabo el fraude en muchas casillas, el mayor e infame fraude estaba por llevarse a cabo en el seno de las oficinas del INE; sí, cuando empezaron a recibirse los resultados de las votaciones en las casillas, después de los escrutinios y cómputos. Es ahí en donde se concreta el engaño, el fraude por medio de un software malo aplicado en los conteos rápidos y el Prep. Exactamente como en tiempos de Manuel Bartlet Díaz, entonces secretario de Gobernación y presidente de la Comisión Federal Electoral.
Recetaron la misma dosis, pero esta vez no hubo quién gritara, ni tomara calles ni avenidas, reclamando fraude electoral. Lo que se suponía superado, ahora en manos de “ciudadanos”, ya no bajo el dominio del gobierno federal, se maquinó con precisión quirúrgica el fraude digital.
Cifras de actas levantadas por las y los funcionarios de casillas fueron alteradas, modificadas y subidas al sistema del INE. Se volvió a caer el sistema como antaño.
Conforme avanzaba la información en la página del INE y se subían los datos, la votación era muy “pareja”; como a las 22 horas aproximadamente el sistema “se saturó”, nadie pudo ingresar datos; la página se trabó. Poco tiempo después, volvió a la vida la página ya con números diferentes, la candidata oficial llevaba una enorme ventaja en la votación. Existen infinidad de pruebas que demuestran el fraude electoral.
Se dio en 2 momentos el engaño de los resultados. El primero de ellos, cuando en las casillas se llenaron actas con votaciones 0 para la oposición y todos los votos para la alianza del presidente López. Existe jurisprudencia que conlleva anulación simple y llana en esas actas, dado que no es factible que ni los representantes de la oposición hayan votado por sus partidos. En otros casos, la votación rebasó el 100% de los votantes de esas casillas ¿De dónde obtuvieron más boletas? No hubo más boletas, simplemente en las actas anotaron muchos más votos, ello también implica la anulación de la votación de esos votos.
Uno de los miles de ejemplos. La señora Patricia Rodríguez, quien participó en la jornada electoral como funcionaria del INE, da cuenta de cómo ella pudo constatar el fraude electoral cibernético. Afirmó que, siendo funcionaria electoral, cuando intentaron subir a la página datos de la votación de una casilla en la que había obtenido menos votos la coalición del gobierno federal, ya no pudieron “subir” la información.
La página se “saturó”: dijeron ¡Se “cayó el sistema”! Luego de que la página volvió a la vida digital, afirmó la señora Rodríguez, ya no pudo subir la información ¡Oh sorpresa! Los datos que ella tenía ya estaban en la página; sí, pero en ella aparecían “otros datos”; la alianza gobiernista había dado la vuelta a la votación ¿Cómo, se preguntó? Muy simple, desde el centro de mando el software del INE fue puesto en práctica, alternando he insertado cifras previamente establecidas en el software informático.
De todas estas trampas que fueron develadas por miles de funcionarios de casilla y otras personas que obtuvieron la información de diversas fuentes, solo los representantes de los partidos de la coalición Fuerza y Corazón por México, pueden hacer valer las violaciones legales.
Solo con pruebas que demuestren sus asertos, de lo contrario todo quedará en lo que hasta hoy es, inconformidad manifiesta de millones de mexicanas y mexicanos que vieron como fuimos defraudados vilmente por la cúpula de las autoridades del INE, en contubernio con quienes festejaban el triunfo anticipadamente ¿De dónde obtuvo la información previa la Secretaria de Gobernación, Luisa Alcalde, quien cantó el triunfo y con cifras cuando el INE no las había hecho oficiales?
El enorme problema de los partidos de la coalición política Fuerza y Corazón por México, no les alcanzó para cubrir el 100% de las casillas, lo que sí logró el partido gobiernista. PAN, PRI y PRD, carecen de las copias de todas las actas. Cuando es coalición, esta nombra un representante en cada casilla y resulta que se les acabó la fuerza, no contaron con el apoyo ciudadano o no lograron convencerlos para representar a la coalición opositora. Así no será posible impugnar muchas de las votaciones de las casillas, vamos, ni siquiera en aquellas en las que hubo votación “zapato”, todos los votos para los candidatos del gobierno federal.
Las dirigencias de la oposición declararon en su momento que habían acreditado hasta el 96% de representantes en las casillas; el PAN logró conseguir el 40% de representantes; el PRI 42 % y el PRD solo el 12%, dijeron, sin demostrarlo. Ahora bien, ¿Cuántos asistieron realmente a la representación? Nadie lo sabe, luego no tienen forma de probar lo que se difunde en redes sociales, por ello pedían a la ciudadanía que les acercaran copias de las actas. Parce que Xóchitl Gálvez, no pudo comprometer a nadie de las y los ciudadanos que dieron su firma para que fuese la candidata de la oposición.
Derivado de los cómputos distritales y estatales, veremos si la oposición formalmente logró reunir las pruebas que le sirvan para impugnar un buen número de votaciones en casillas. De lo contrario, a pesar del enorme y descarado fraude electoral, los números y repartición de cargos de elección popular no se moverán. Ahora que, si lograron reunir suficientes pruebas, estaremos en espera de esas impugnaciones y tal vez, solo tal vez, baje la representación proporcional de los fraudulentos en las Cámaras. Quedaría en manos de los magistrados del TEPJF.
Las organizaciones sociales serias y bien estructuradas, bien podrían impugnar y exhibir internacionalmente el mega fraude electoral. Atentos a las amenazas, eso sí.
La lucha jurídica y política por la defensa de la legalidad y la democracia podría estarse fraguando. Eso esperamos millones de mexicanos.