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Emprendedor: Tendrás riesgos legales, así que Lawyer up

Por - 12/06/2017

Por: Raúl Díaz de León Hauser Egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Anáhuac Querétaro Abogado en RDL Legal Querétaro Tal vez tomaste […]

 Emprendedor: Tendrás riesgos legales, así que Lawyer up

Por: Raúl Díaz de León Hauser

Egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Anáhuac Querétaro

Abogado en RDL Legal Querétaro

Tal vez tomaste la decisión de salir de tu zona de confort, dejar de trabajar en una empresa e iniciar un proyecto nuevo -ya sea por cuenta propia o con algún socio(s)-. Te deseo el mayor éxito. No obstante, te comento que emprender crea riesgos legales. En México, 8 de cada 10 negocios no llegan a cumplir 5 años -en gran medida-, por no estar asesorados legalmente.

Existe la expresión Lawyer up en el idioma inglés, que se refiere a la acción de conseguir un abogado, ya sea porque te encuentras en un problema legal, porque requieres asesoría legal de cumplimiento o porque necesitas conocer los riesgos legales de alguna decisión que vas a tomar.

De manera general, los startups tienen riesgos legales similares. Si dichos riesgos se atienden a tiempo pueden crear beneficios, como: mejorar la imagen de tu negocio ante clientes potenciales, inversionistas o consumidores y fortalecer la estructura de tu empresa. Por el contrario, en caso de no atenderlos puede costarte el negocio y todo lo que has invertido. Advertido estás.

Primer consejo – No empieces a buscar un abogado hasta que el problema te reviente en la cara.

En un inicio, el emprendedor está ocupado en “cosas más importantes”, como: publicidad, imagen, conseguir clientes, proveedores, relaciones públicas, generar más ventas, buscar inversionistas, contratar trabajadores, atender llamadas, redactar correos, página web y generar contenido para redes sociales; entre otras más.

¿Y cuándo pide el emprendedor la ayuda de un abogado? Desafortunadamente, hasta que el problema tocó la puerta del negocio. Literal.

Es mejor conocer que sociedad le conviene a tu negocio y a tus socios -debes saber cómo retornará tu inversión y qué responsabilidades tendrán-. Es mejor tener tus relaciones laborales al día -con un contrato de trabajo debidamente elaborado-, que atender la demanda laboral de un extrabajador. Es mejor cumplir con licencias y permisos que tener clausurado tu negocio por incumplimiento -tus clientes estarán más seguros de hacer negocios con una empresa en cumplimiento de la ley-.

Es mejor registrar tu marca o patente antes que un extraño se apropie de tu idea -revisa el caso de Werevertumorro. Si, el video Blogger de YouTube ya tuvo fuertes problemas legales con su marca-.

Es mejor conocer las obligaciones fiscales de tu negocio antes que el Fisco congele tu cuenta bancaria por omitir pago de impuestos -la Autoridad Fiscal puede inmovilizar el dinero guardado en cuentas bancarias si considera que incumples con el pago de impuestos-.

Y como los ejemplos anteriores hay decenas de ejemplos más. Atacar los riesgos legales a tiempo genera soluciones, después no estoy tan seguro.

Solicitar una asesoría legal a tiempo te va a ahorrar muchos dolores de cabeza y de cartera.

Segundo consejo – Revisa los documentos que vas a firmar con un experto.

Se dice que: “A mayor riesgo, mayor ganancia”. En un startup deben tomarse riesgos, siempre y cuando sean medibles. Un riesgo medible implica tomar decisiones conociendo las consecuencias, debemos saber cuánto se está arriesgando y qué beneficios pudiera traer esa decisión.

Al momento de emprender, invariablemente realizarás negocios a través de contratos de arrendamiento -buscarás un local o bodega para establecer tú negocio-, contratos de préstamo, contratos de prestación de servicios profesionales -seguramente necesitarás a un mercadólogo para que realice un estudio de mercado, a un profesional para realizar una campaña publicitaria o a un arquitecto que te ayude con la construcción y diseño de tu empresa-. También necesitarás contratos para formalizar negocios con tus Clientes y proveedores.

La mayoría de la gente cree que un texto legal es un formato estandarizado mejor conocido como machote, que tiene un lenguaje “demasiado complicado”, que los términos “no se pueden modificar” o que “en un futuro se le podrán hacer ajustes”. Todo lo anterior es completamente falso y fatal para tu negocio.

Cuidado: Un contrato genera derechos, pero a la vez obligaciones. Firmar un contrato es aceptar lo que dicen las palabras y no lo que tú crees que dicen. Los contratos tienen sanciones con terceros y con las Autoridades en caso de que incumplas. Se pueden negociar los términos de un contrato para que sea justo para las partes. No firmes todos los documentos que te pongan en frente por necesidad.

Tal vez el contrato que estás a punto de firmar tiene obligaciones muy grandes para el tamaño actual de tu negocio, revisa el contenido del contrato con un experto. Solicita que te explique todas las dudas que tengas y posibles riesgos.

Es igual de dañino para tu negocio bajar contratos de Internet. Tú crees que te estás ahorrando dinero, pero es una bomba de tiempo para tu negocio.

Lawyer up, recuérdalo.

Para concluir: Creer que un Notario es el único que te puede apoyar con todos tus problemas legales, es como creer que cualquier doctor te puede curar de cualquier afección física. Busca asesoría especializada.


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