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Empoderamiento

Por - 03/11/2016

Las mujeres representan actualmente cerca de un décimo de los dirigentes de los Estados miembros de la ONU

 Empoderamiento

La política es la actividad más noble y digna, en la que deben participar nuestras esposas, madres e hijas”.

Manuel Gómez Morín

La igualdad de género es una lucha histórica de grupos de mujeres con diferentes ideologías y posiciones que desde el siglo XIX demandan mayores oportunidades personales, espacios para su desarrollo profesional y el reconocimiento de su capacidad para elegir y ser electas e incidir en la toma de decisiones públicas.

El próximo 8 de noviembre los estadounidenses con su voto pueden convertir por primera vez en la historia a una mujer como la persona más poderosa en el orbe.

La elección de Hillary Clinton como 45ta Presidenta de los Estados Unidos de América, significará un paso más en el aún largo camino hacía un verdadero empoderamiento de la mujer. Los avances a partir de la segunda mitad del siglo pasado en la igualdad entre hombres y mujeres han sido relevantes, no obstante, la brecha entre géneros sigue siendo significativa.

De mediados del siglo pasado a la fecha, menos de un centenar de mujeres han sido Jefas de Estado y al día de hoy solamente quince países son gobernados por una mujer: Alemania, Chile, Corea del Sur, Croacia, Estonia, Gran Bretaña, Islas Marshall, Jamaica, Liberia, Lituania, Malta, Mauricio, Nepal, Noruega y Taiwán, lo que representa el 7.7% de los países miembros de la ONU.

Muchas de las mujeres que han llegado a gobernar un país, lo han hecho después de que su pareja o su padre sobresaliera en el mismo ámbito: Violeta Chamorro, Indira Gandhi, Benazir Bhutto, Corazón Aquino, Cristina Fernández, Isabel Martínez de Perón, entre otras; sin la cercanía a ellos, la ciudadanía probablemente no hubiera volteado hacia ellas, lo que nos habla de la dificultad de la mujer para abrirse paso en el campo de la política y del estereotipo de su relevancia exclusivamente desde su posición familiar y en relación al hombre: como esposa, madre o hija.

En México las mujeres representan el 52% de la lista nominal de electores, es decir, más de 43 millones de votantes; no obstante, este porcentaje no es equivalente con su participación en los puestos de elección popular.

A más sesenta años del reconocimiento en nuestro país de la ciudadanía política para las mujeres, solamente cinco de ellas han sido candidatas a la Presidencia de la República: Rosario Ibarra en 1982 y 1988, Cecilia Soto y Marcela Lombardo en 1994, Patricia Mercado en 2006 y Josefina Vázquez Mota en el 2012; y solo Colima, Tlaxcala, Yucatán, el Distrito Federal, Zacatecas y actualmente Sonora han tenido a una mujer como titular del Poder Ejecutivo.

La subrepresentación de las mujeres en los espacios públicos de toma de decisiones, determinó que en el año 2012 se realizaran reformas legales, que obligaron a los partidos políticos a no postular más del 50% de candidaturas del mismo sexo a los cargos de elección popular, bajo pena de no registrar las candidaturas en caso de incumplimiento.

Gracias a ello, la presencia de las mujeres en el Poder Legislativo aumentó considerablemente, pasando de un 6% para la Cámara de Diputados en 1952, a un 44% en la actualidad; y en el Senado de un 3.4% en 1964 a un 34% en el 2013. De esta manera, México se incluye dentro de los 32 países en el mundo que cuentan con más del 30% de mujeres parlamentarias.

La desigualdad entre géneros es patente también en el ámbito privado: de acuerdo a datos de la ONU, solo el 24% de los puestos de alta dirección en el mundo son ocupados por mujeres. En una evaluación realizada por dicho organismo internacional en 143 países, en 128 de ellos hay diferencias jurídicas entre hombres y mujeres, que limitan las oportunidades económicas de ellas.

En 2013, la relación entre hombres con empleo y población se ubicó en un 72.2 %, mientras que esa relación entre las mujeres fue del 47.1%. Por si fuera poco, alrededor del mundo las mujeres en promedio ganan solo entre el 60 y el 75% del salario de los hombres.

Hoy, todos debemos reconocer el aporte de las mujeres a la sociedad. Es impensable que alguien se atreva a negar la importancia de su papel en la vida pública y privada en México y en el mundo.

Sin embargo, aún las mujeres enfrentan mayores adversidades a la hora de conseguir empleo, un ascenso o un mejor salario, o al buscar mayores espacios de participación en puestos de decisión y de dirección.

La aportación de la mujer ha sido determinante para la democracia; no obstante, aún existen pendientes que atender y retos por cumplir para el ejercicio pleno de los derechos ciudadanos de la mujer.

Apreciable lector, el acceso de la mujer a espacios de decisión en el ámbito público y privado es solo un paso en aras de un mundo más equitativo; la aspiración es construir una sociedad en la que hombres y mujeres tengan plena igualdad de derechos y de oportunidades.

Mail:                        miguelparrodi@hotmail.com

Twitter:               @MiguelParrodi


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