El nuevo “Programa Estrella”

El austero Palacio Conín luce sus mejores galas.

Largos pendones engalanan sus pilares de cantera. La escenografía es sumamente cuidada, con mensaje. Al presídium – que gana todo el costado norte del patio central del “Conín” – lo flanquean dos enormes pantallas. Al centro, la leyenda del programa, cobijada por fotos de motivación. En una de ellas, un niño de zona rural disfruta un helado; en la otra, una humilde mujer lleva en sus brazos a una pequeña.

Se trata, en el séptimo mes de gobierno, de la presentación del programa social estelar del gobierno de Pancho Domínguez.

Lo llamaron “Hombro con Hombro”.

El retraso de su activación y presentación pública, llegó por el “boquete” que en dineros dejara la administración anterior. O la poca voluntad del gobernador interino.

No había ni para lo esencial.

Así se denunció en el acto de toma de protesta del 1 de octubre.

Ahora, caminan los meses con rapidez, con la exigencia de responder a las demandas.

Pancho Domínguez, el gobernador, llegó al “Conín” con un pequeño retraso de diez, tal vez doce minutos.

De vestimenta informal – sin corbata – su sonrisa, ahora, es abierta. El trance del domingo, ya había quedado atrás.

“Da el primer paso que tal vez no te lleve hasta dónde quieres, pero te sacará de donde estás” reza una conocida máxima.

Y Pancho es un político práctico, que no se detiene a contemplar el pasado, sino que ve con optimismo el futuro, el de Querétaro… tal vez también el suyo.

Pronto, llega hasta la primera fila.

Ahí se ubican los alcaldes, los dieciocho alcaldes queretanos.

Con Mario Calzada, el alcalde de El Marqués, el saludo es seco, casi indiferente; de afectuoso abrazo –así se vio -saluda a Marcos Aguilar – ahora sí fue – y lo rubrica con dos pequeñas palmadas. A su lado, Mauricio Kuri el alcalde de Corregidora, a quién también abraza. Kuri, de vestimenta formal, había estado temprano con los Ingenieros Civiles, los que representa el siempre activo Ing. Oscar Hale. Y Kuri, en un dos por tres, se los echó a la bolsa. Fácil en su trato, el alcalde de Corregidora expone “lo que hemos podido hacer”. Y la obra pública se multiplica en ese municipio, con imaginación, con participación de todos. Rescata ya la arrumbada Planta Tratadora de Agua. Inicia la Glorieta CAM. Y está al pendiente de las obras de rescate del Río Pueblito. Y como es su trato es su discurso – sin ser político ni panista siquiera, porque él mismo lo dice – desenfadado, sin formulismos ni poses. “Oscarito” le había dicho minutos antes al dirigente de los ingenieros. “A ver si no me golpean”. Y con esto rompió el hielo. Políticamente camina muy de prisa. Y ahí estaba también en el “Conín”.

Cuando Marcos llega – antes que el gober – su saludo lo hace selectivo. A algunos diputados, que no son de su partido, “ni los ve ni los oye”. A Mary Alemán se la saltó.

Pero volvamos al programa estrella de Pancho, al de “hombro con hombro”.

En el presídium, además de los otros dos poderes, ubican a la señora Karina a la derecha de su esposo, de Pancho. Así, dándole su lugar, abrió el gobernador su discurso.

En un estado puntero nacionalmente casi en todo, el reto con los que menos tienen atemoriza a cualquiera. Los números de la pobreza son escalofriantes.

Si, aquí en Querétaro.

Somos 675 mil pobres en la entidad, según el CONEVAL.

“Lo que quiere decir que en Querétaro uno de cada tres están en pobreza” dijo Agustín Dorantes Lambarri, a quién el gobernador le encargó esta delicada tarea.

Y de estos, más de 76 mil viven en pobreza extrema.

Son los que un día no tienen para comer y el otro tampoco.

Cuatro son los municipios más pobres: Pinal y Landa – donde el 85 por ciento de la población vive en la pobreza – pero también Amealco y San Joaquín, con cifras escalofriantes del 75 por ciento.

Esto también es Querétaro. El que también “está en nosotros”.

Pero los otros 14 municipios no viven precisamente en jauja. En diez de estos, el 50 por ciento de la población es pobre.

Como que los orgullos se nos bajan. A todos.

No todo pues, es Querétaro capital.

Habla el gobernador Pancho. Hila un discurso comprometedor. Bonito – el tema se prestaba – pero por el tamaño del reto, no se apreció real. En sus palabras, acarició el Querétaro posible, lejano, soñado. Idealista y quijotesco pues.

El reto, el problema mayor en Querétaro, es la desigualdad.

Entonces, que Pancho – y esos 675 mil pobres que aquí tenemos – comiencen a cumplir su sueño.

El trabajo real ha comenzado.

Los resultados – no los discursos bonitos – son el acicate.