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“El mal rato” lleva 5 años

Por - 21/07/2017

Cuando hay ausencia de políticas pertinentes, el dolor evitable es provocado por malas decisiones humanas, por la corrupción, la impunidad, la ilegalidad, el no respeto a las normas y reglas establecidas

 “El mal rato” lleva 5 años

“No se está haciendo por alguna cosa más que por

el mal rato que pasaron…” Ruiz Esparza

En 1926, Manuel Gómez Morín llamó a sus contemporáneos a caminar juntos para vencer “no el dolor que viene de una fuente inevitable, sino el dolor que unos hombres causamos a otros hombres, el dolor que originan nuestra voluntad o nuestra ineficacia para hacer una nueva y mejor organización de las cosas humanas, ese dolor evitable.

La mañana del pasado 12 de julio se difundió la noticia del “socavón del Paso Exprés de Cuernavaca”, primero a través de las redes sociales y cuatro horas después por Ruiz Esparza. Lo impactante de la nota era que el socavón se formó en el tramo carretero de 14 kilómetros inaugurada, apenas tres meses antes, con bombo y platillo por el Presidente y difundida por el mismo Secretario de la SCT: obra que costó más de dos mil millones de pesos, de concreto hidráulico y diez kilómetros de drenaje. El titular de la SCT “garantizó que duraría 40 años en buenas condiciones por las especificaciones de la obra y los materiales usados lo que aseguraba la durabilidad”. Pero solo duró ¡tres meses!

Sin duda, las condiciones metereológicas de las “lluvias atípicas” que azotaron la capital de Morelos durante tres días, fueron inevitables. Lo que SÍ debió ser evitable fue la formación del “socavón” de ocho metros de diámetro sobre los carriles del Paso Exprés en el que cayó un vehículo con dos personas que murieron por la tardanza del rescate. También fueron evitables: la falta de reparación del drenaje de aguas negras y pluviales; la acumulación de basura; el reblandecimiento de la tierra que derrumbó el muro de contención de la vía; las fallas estructurales evidenciadas ya antes de la tragedia; la falta de supervisión; la deficiencia de materiales utilizados; los millonarios recursos no utilizados en la obra. Pero, especialmente, era evitable la corrupción fruto de la incapacidad y la irresponsabilidad de los funcionarios públicos involucrados que contrataron, autorizaron y se coludieron con los contratistas. ¡Las muertes de Juan Mena López y su hijo eran evitables!

Cuando hay ausencia de políticas pertinentes, el dolor evitable es provocado por malas decisiones humanas, por la corrupción, la impunidad, la ilegalidad, el no respeto a las normas y reglas establecidas. Los fenómenos naturales se agravan cuando a ellos se suman los abusos y la ineficacia de la autoridad, y de muchos ciudadanos irresponsables.

El gran pendiente de la democracia mexicana es la corrupción. Se estima que corresponde al 9% del PIB en México, ubicado en último lugar de las 34 economías que integran la OCDE. Para combatirla, el País necesita mecanismos sólidos que vigilen a los gobernantes y permita a la ciudadanía dar seguimiento. Uno de esos mecanismos es el tan esperado Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) que nace acéfalo, sin fiscal ni 18 magistrados y solo implementado en cinco entidades; a lo que se suma la irresponsabilidad del Senado que no logró el acuerdo para nombrar al Fiscal Especial, provocado por el cruce de tiempos políticos. Después de años de discusiones y de propuestas, este endeble SNA, es “el otro socavón”.

 

En una democracia, los políticos ganan el apoyo de los ciudadanos cuando cumplen con sus funciones. Y durante casi cinco años, Peña Nieto ha sido omiso en su responsabilidad como gobernante para encauzar esfuerzos y promover acciones que beneficien a la colectividad más que a intereses de grupos específicos cercanos al poder. Por eso, quiero decirle que no basta enviar condolencias a los familiares de los fallecidos, a girar instrucciones y a pedir que se investigue el origen que provocó la tragedia. Hace falta la credibilidad política que no tiene y nos hubiera evitado a los mexicanos “el mal rato” que ya va para cinco años.


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