El largo camino para la recuperación económica

Araceli Jiménez Medina,

Profesora de la Escuela de Negocios, Tec de Monterrey Campus Querétaro.

Nuestro país, paulatinamente va avanzando en la reactivación de la actividad económica deteriorada fuertemente por la pandemia.

Cada vez más personas nos estamos incorporando a las actividades presenciales con la consecuente demanda de productos y servicios, lo cual inmediatamente genera una mejoría en la prosperidad de nuestra localidad y, por tanto, en la del país.

A pesar de los grandes esfuerzos por salir adelante por parte de la población, el sector privado y el gobierno; aún sigue habiendo deterioro en la variable económica que mide el desempeño de la producción nacional medido a través del Producto Interno Bruto (PIB).

Al terminar el mes de octubre, el INEGI nos dio a conocer los resultados de la actividad económica nacional, el cual arrojó resultados negativos en el tercer trimestre de este año, destacando particularmente el sector terciario, es decir, donde se encuentran empresas dedicadas al comercio, los servicios y el alquiler. La importancia de este sector es que contribuye con el 64 por ciento del ingreso total reportado.

Nuestro Estado también ha sido afectado con el retroceso provocada por el bache del COVID, pero también se ha visto afectado por otros factores externos como, por ejemplo, el provocado por la escasez de microprocesadores electrónicos, utilizados en la industria electrónica en general pero particularmente en la industria automotriz, donde Querétaro participa en la proveeduría de esta industria.

El futuro del crecimiento económico no todo está en nuestras manos, vivimos en una economía globalizada donde la escasez de productos, el encarecimiento de combustibles entre otras cosas provoca cambios en precios a las mercancías que nos lleva a otra variable que hay que tomar con precaución que es la inflación.

Nuestro país para seguir creciendo necesita de la inversión productiva que genere empleos y que demande de bienes y servicios locales, sin embargo, en el ambiente de las inversiones productivas existe mucha incertidumbre agravada por las tensiones entre el gobierno y la iniciativa privada. Las sorpresas no paran con las constantes modificaciones a las leyes lo cual entorpece la confianza para el desarrollo de nuevos proyectos. Basta con observar las acciones emprendidas contra el sector energético las cuales amenazan a la inversión extranjera y la productividad, también la confianza para seguir atrayendo capital productivo.