El imperio contraataca a Carmen Aristegui

En la serie de televisión The Newsroom, Leona Lansing (interpretada por Jane Fonda), dueña del ficticio canal de noticias ACN, advierte al director de noticias que si su empresa sigue perdiendo negocios por la crítica a los republicanos y al Tea Party, crearán una “situación”, donde la renuncia del conductor Will McAvoy será la única salida digna que le quedará al equipo de periodistas.

Y aunque no lo sé de cierto -como diría Jaime Sabines, sólo lo supongo- algo similar debió haber sucedido entre Joaquín Vargas, dueño de MVS, y el equipo de periodistas encabezado por Carmen Aristegui.

Y la “situación” que escogió MVS para sacrificar a Aristegui fue el lanzamiento de la plataforma MéxicoLeaks; al menos ese fue el pretexto, porque casualmente esta misma semana el gobierno federal entregó dos concesiones para televisión abierta y ninguna fue para MVS.

¿Qué es MéxicoLeaks que hizo enojar a MVS? Pues es la versión nacional de WikiLeaks, la controversial plataforma que evidenció al gobierno estadunidense y que le provocó una fuerte crisis de credibilidad internacional.

Leaks, traducido al español, significa filtración. Es decir, la página serviría como plataforma para que informantes anónimos filtraran documentación, la cual sería verificada por reporteros para trabajar con ellas en investigaciones periodísticas.

Entre esos periodistas que apoyan inicialmente el proyecto, están, por supuesto, el equipo de investigación de Aristegui, junto con los de Proceso, eme-equis, animal político, periodistas de a pie, entre otros.

¿Abuso de confianza?

Pero para la empresa periodística propiedad de Joaquín Vargas, el hecho que Carmen Aristegui pronunciara que el equipo de MVS está involucrado, significa un abuso de confianza. Así lo hizo saber a través de un desplegado en su página web y en diarios de circulación nacional.

Algo de razón tiene la empresa MVS al argumentar que el uso de su marca en el proyecto MéxicoLeaks es ambiguo. Ellos son los dueños de los derechos corporativos de la imagen y deciden con quien hacer alianzas estratégicas.

Sin embargo, la respuesta de la empresa fue “inédita y desproporcionada”, a decir de Gabriel Sosa Plata, ombudsman de la audiencia de dicho medio de comunicación.

Sosa Plata se pregunta que si al ser una decisión sobre trabajo periodístico, Aristegui tenía que informarles a los dueños de la empresa, toda vez que es una decisión editorial. En cambio, si se usaron recursos de la corporación para apoyar a MéxicoLeaks, es otra discusión que no le corresponde. La respuesta completa puede leerse aquí

La casa blanca de la Gaviota, el verdadero motivo

Pasaron las horas y Twitter comenzó a arder. El apoyo a Carmen Aristegui creció y la etiqueta #EnDefensadeAristegui fue la más usada por horas. El rumor más fuerte la noche del miércoles era que Carmen estaba fuera de MVS y Alejandro Cacho ocuparía su espacio.

Llegó la mañana del jueves y la voz de Aristegui volvió a escucharse. Al final, su pronunciamiento en el sentido de que defenderían el espacio y no querían conflictos artificiales.

Para la tarde del jueves, el verdadero motivo de la molestia de MVS se revelaba: los reporteros que hicieron la investigación sobre la casa blanca de la esposa de presidente Enrique Peña Nieto y sus vínculos con grupo Higa, fueron despedidos bajo el argumento de pérdida de confianza.

Daniel Lizárraga e Irving Huerta, parte integral del equipo de investigación, quedaban fuera por hacer su trabajo. La permanencia de Carmen en MVS seguía siendo una incógnita. Difícil situación: ¿mantener el espacio y perder a dos compañeros? ¿O solidarizarse con ellos y renunciar?

¿A alguien le queda duda de que el uso de la marca en el proyecto MéxicoLeaks no es realmente el verdadero motivo de este ataque contra los periodistas del equipo de Aristegui? ¿Es casualidad que todo suceda en la misma semana en que MVS se quedó con las manos vacías en el reparto de señales de televisión abierta? ¿Es doble casualidad que los sacrificados sean los periodistas que evidenciaron el verdadero rostro del gobierno priista? No, en política no hay causalidades y mucho menos dobles casualidades.

El coletazo del poder

La historia se repite, dicen. En 1976, la “situación” que le crearon a Julio Scherer para destituirlo como director de Excélsior fue una invasión de terrenos. Hoy, es el presunto apoyo corporativo al nuevo proyecto de filtraciones políticas.

Como dijo el Washington Post, MéxicoLeaks aún no tiene su primera filtración ni informante claves, pero ya generó ruido en la política mexicana.

En la edición del viernes, Aristegui dijo que seguiría en el espacio radiofónico pero con la exigencia de la recontratación de sus dos reporteros despedidos.

Como escribió en Twitter el integrante de La Jornada Josetxo Zaldua: