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El conflicto de AMLO

Por Héctor Parra - 29/11/2015

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

Andrés Manuel López Obrador, una vez más, ha logrado a acaparar la atención de muchos, violentando la norma en materia electoral, por medio de un […]

 El conflicto de AMLO

Andrés Manuel López Obrador, una vez más, ha logrado a acaparar la atención de muchos, violentando la norma en materia electoral, por medio de un resquicio aprovecha para volver a difundir su imagen y por tercera ocasión, su pretensión de ser candidato a la presidencia de la república. Utilizando la sobe exposición en los medios masivos de comunicación.

Los espacios promocionales en radio y televisión, fueron planeados para los partidos políticos fuera de procesos electorales y no de aspirantes a algún cargo de elección popular. Bien lo sabe AMLO, pero como no está la normatividad tan exacta aplicable al caso concreto, aprovecha la rendija y se cuela para adelantar tiempos de la elección presidencial del 2018. La Sala Superior ha sancionado a los abusivos con la pérdida de las candidaturas.

Apenas el 20 de noviembre pasado, considerando que era la única oportunidad de colarse “legalmente” en los promocionales de radio y televisión, las huestes de Morena lo eligieron su dirigente nacional. Antes, sin cargo alguno, ya figuraba en los promocionales políticos que no llevan otra intención que el de exponerse en los medios electrónicos para lograr las preferencias hacia su persona; sus argumentos políticos en contra del gobierno federal y del propio presidente de la república, advierten lo que para él es un fracaso de gobierno, lo que implica un posicionamiento político utilizado en la pasada contienda electoral, del 2012.

No deja de sorprender el conflictivo y belicoso de Amlo, su perversa agudeza para ocupar gratuitamente espacios en los medios de comunicación y “llamar” la atención de algunos periodistas que actúan como sus seguidores y lo proyectan en sus posicionamientos. Por ejemplo, sin el menor recato, critica el proyecto gubernamental de la construcción del nuevo aeropuerto internacional en el Distrito Federal y propone una alternativa que años atrás fue considerada inviable; pero obligó al gobierno federal a recibir un grupo de legisladores morenistas para atender su propuesta tercermundistas, la cual ha sido considerada con anterioridad, resultando improcedente al dividir el aeropuerto en dos terminales. Sin embargo, logró el objetivo y volviendo a ocupar espacios importantes de mediatización. Y por qué no, convenciendo a más de alguno de su propuesta,

Regresemos al pasado unos años. Recordemos el conflicto que originó siendo jefe de gobierno del D.F., cuando, violando varias sentencias de amparo, el gobierno de Vicente Fox promovió su desafuero para ser juzgado por las autoridades federales. Perdonaron al delincuente; por la misma causa en Querétaro perdió el cargo de presidenta municipal Chela Juárez;  a Amlo poco le importó haber violado garantías individuales. También quedará para la historia aquel suceso en el que pretendió impedir la toma de protesta del presidente Felipe Calderón, cuando, materialmente cercó el inmueble del Congreso de la Unión, poniendo cadenas en las puertas para impedir el acceso del entonces presidente electo; delincuencialmente pretendía generar caos institucional de gobernabilidad al dejar a México sin Presidente de la República; sin embargo su acción que fue frustrada; aunado a ello los meses de bloqueo de la Avenida Reforma, generando la quiebra de cientos de negocios particulares, importándole nada los daños generados por sus acciones belicosas a muchas familias mexicanas. Primero su ambición.

Y en las elecciones del 2012, ante la frustración de perder por segunda ocasión la contienda electoral, inventó demandas y juicios con el propósito de que la autoridad electoral anulara la elección presidencial, ofendiendo a todo aquel que votó por la opción de Enrique Peña Nieto, al considerarlos como objetos de manipulación, negándoles a millones de mexicanas y mexicanos la capacidad de discernir y votar libremente, Amlo afirmaba que habían sido compradas las voluntades por medio de tarjetas de la tienda comercial Soriana y Monex. Todo fue una patraña.

Apenas llegamos al tercer año del gobierno de Enrique Peña y Andrés Manuel  pretende colocarse ya en las preferencias del electorado, sabiendo a ciencia cierta que no hay candidatos ni precandidatos en ningún otro partido político y él, como dueño de Morena, sabe que es y será el candidato a la presidencia de la república por tercera ocasión. La obsesión enfermiza obnubila su mente y poco le importa torcer las leyes con tal de conseguir su objetivo, no solo estar en las boletas electorales del 2018, sino llevar mano en las preferencias. Una vez más adelanta los tiempos y así hay quien le aplaude el malicioso atrevimiento.

De tal suerte que varios legisladores federales están pensando en reformar por encima ocasión las normas electorales, para evitar los abusos que ya comete Amlo, con promocionales gratuitos a cargo del erario federal, en los que se expone por miles de veces en los medios electrónicos, a lo largo y ancho de la República, con la descarada pretensión de buscar la presidencia de la República; el pillo de siempre torciendo las leyes en su beneficio y después se queja de ser objeto de presiones para conseguir su enfermizo objetivo, la presidencia de la república que no lo deja dormir.

Es pues necesario, ante tremenda irresponsabilidad y excesivo abuso, establecer normas claras que impidan los albazos que acostumbra Andrés Manuel, antes de que se diga, una vez más, víctima del sistema.

Héctor Parra


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