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CEIG, la nueva víctima de la torpeza política

Por - 03/02/2016

La elección de los dos nuevos comisionados de la Comisión Estatal de Información Gubernamental (CEIG) ha dejado al descubierto el hecho de que, a más […]

 CEIG, la nueva víctima de la torpeza política

La elección de los dos nuevos comisionados de la Comisión Estatal de Información Gubernamental (CEIG) ha dejado al descubierto el hecho de que, a más de 100 días de una transición democrática en Querétaro, las fuerzas políticas todavía no encuentran su lugar en el nuevo concierto establecido a partir del 1 de octubre.

La desaseada designación de magistrados del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) en épocas navideñas, a finales de 2015, puso al descubierto que el cataclismo político provocado por los disparejos resultados electorales todavía no es entendido ni por el Partido Acción Nacional (PAN), en el gobierno, pero sobre todo por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), otra vez en el papel de oposición.

Con la elección de los nuevos comisionados de la CEIG, se esperaba ver una mejoría en la relación entre las fuerzas y en el desarrollo político del proceso, sin embargo, los mismos vicios de las navidades se repitieron en el último día de enero.

La incapacidad de ponerse de acuerdo, y ante ese escenario el arrebato mayoritario por parte del grupo en el poder se volvió a poner de manifiesto, y es algo que debe preocupar tanto a políticos como ciudadanos en el porvenir.

Para empezar, la convocatoria tardía emitida por parte de los diputados, y que contó con la anuencia de todas las fuerzas políticas, encendió las alarmas en grupos de la sociedad civil y ciudadanos críticos que desde allí, observaron vicios de origen que difícilmente serían solventados con el paso de los días.

Posteriormente, la baja participación de ciudadanos también provocó una crisis de legitimidad que queda expuesta al considerar que en este proceso de comisionados a sueldo solo se inscribieron 11 personas, mientras que en el último proceso para elegir comisionados honorarios, 12 personas se presentaron.

Si a eso se suman los rumores, fundados todos, de que Alejandro Cano Alcalá, exdiputado local y expresidente del Comité Directivo Municipal (CDM) del PAN en la capital queretana, se inscribiría en el proceso, se tiene un escenario por demás manoseado que en poco o nada abona a la credibilidad de la CEIG.

Pero en política nada está escrito, y a falta de unas horas para cerrar el periodo establecido en la convocatoria, Alejandro Cano no se inscribió. Eso cambio el equilibrio de las fuerzas; el PRI, seguro de que el exdiputado panista sería comisionado por el voto mayoritario del partido blanquiazul, metió en la contienda a Tania Jiménez como su carta partidista en la discusión.

Al no estar Alejandro Cano, el partido en el poder se opuso a la llegada de una persona con profundos vínculos priistas, lo que complicó las negociaciones, y terminó provocando que, ante la falta de acuerdos, y con la sospechosa ausencia de Mauricio Ortiz Proal, el PAN definiera con el apoyo de Morena, el Verde y el PRD a Eric Hernández y Ma. Elena Guadarrama como los nuevos comisionados de la CEIG.

El que a hierro mata, a hierro muere, dice el dicho, y así le tocó morir ahora al PRI, quien en 2010 logró que la Corte estableciera un criterio sobre las dos terceras partes de un Congreso, que aunque se señala siempre que es sobre los miembros de la Legislatura, con aquella decisión de los magistrados referente a la también controvertida elección de consejeros del IEQ, se considera que es sobre los diputados presentes.

La elección de los nuevos comisionados de la CEIG deja de manifiesto varios puntos:

– El PAN debe aprender a vencer la tentación del “mayoriteo” y hacer mejor política

-El PRI necesita entender que ahora es oposición, y que los alcances de sus batallas son limitados

– Que la ausencia de Mauricio Ortiz Proal es muy sospechosa y revela una nueva forma de hacer política; no votes por mí, pero no te presentes

– Urge ciudadanizar los procesos de elección de titulares de órganos autónomos

En este último punto debe hacerse énfasis en el hecho de que, a pesar de las irregularidades que pueda existir en los procesos, los ciudadanos tienen que involucrarse de manera profunda en los procesos electivos. Aunque varias organizaciones advirtieron sobre lo que venía, ninguna tuvo a bien presentar perfiles para competir por los cargos, o por lo menos hacer sombra desde adentro. No participar contribuye a la partidización de las decisiones.

Sobre los comisionados electos, hay luz y sombra. En el caso de Eric Hernández, su trabajo como secretario Ejecutivo de la CEIG le certifica como un experto en la materia, y probablemente el mejor perfil a nivel técnico entre quienes se inscribieron. Aunque le quieren endilgar filias políticas, era de las mejores opciones.

Ma. Elena Guadarrama, por su parte, tiene mucho más que demostrar. Viene directamente del Poder Ejecutivo, lo que da pie a una peligrosa suposición sobre el papel que pudo jugar en la determinación el gobernador del estado, pero sobre todo, su perfil no parece estar especializado en materia de transparencia. Ella fue la opción ante la negativa de que la propuesta priista, Tania Jiménez, viera puerto. De cualquier forma, Tania Jiménez tampoco tiene mayor idea del tema.

Ahora habrá que esperar la reconformación del órgano garante con una cabeza colegiada, y que tendrá que adaptarse a las nuevas disposiciones de la ley en la materia. Se antoja difícil este proceso por lo apretado del presupuesto.


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