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Caos y mentiras el problema de la migración

Por Héctor Parra - 01/04/2019

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

Todo ha sido caos y mentiras, hasta ahora, por parte del gobierno de la cuarta Transformación: los migrantes que se quedan en México, ya representan un severo problema

 Caos y mentiras el problema de la migración

Foto: Archivo

Si bien el problema de la migración de centroamericanos que pretenden llegar a los Estados Unidos de Norteamérica, no es nuevo, lo cierto es que el gobierno de la Cuarta Transformación, a base de mentiras lo ha complicado.

¿Quién no recuerda lo dicho por la Secretaria de Gobernación el 12 de diciembre pasado? Olga Sánchez Cordero aseguró que en tan solo 5 días había resuelto el problema migratorio que se vivía en Tijuana, Baja California, presumiendo que los Estados Unidos estaban sorprendidos por la solución tan rápida.

La mentira no duró ni cinco minutos. El presidente municipal Armando Cabada Alvídrez, se quejó por el exceso de migrantes centroamericanos en su municipio y la falta de apoyos por parte del gobierno federal; no hay cupo en los albergues y no tienen recursos económicos para mantener a los miles de migrantes en tanto realizan sus trámites de asilo para pasar a los Estados Unidos. Desde entonces hasta la fecha el problema se ha agudizado. La mentira de Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación pronto quedó en el olvido.

En estos 4 meses de gobierno de la Cuarta Transformación, López Obrador, ha ofrecido hasta lo imposible para resolver el problema de los migrantes centroamericanos; desde invertir miles de millones de dólares junto con los EUA, en los países de centroamerica; para que los centroamericanos se queden en sus países de origen.

Nada ha pasado, solo promesas, como acostumbra el Presidente de la República. Ante lo imposible de cumplir con su populista compromiso, Donald Trump, nada ofreció al respecto de lo prometido por Andrés Manuel López Obrador; de tal suerte que tuvo que cambiar su discurso. Ahora ofrece a los centroamericanos visas de trabajo para ellos, miles de empleos que no existen ni para los mexicanos, lo que ahonda la crisis de la “invasión” de migrantes, dado que muchos de ellos están decidiendo quedarse en México y no llegar a los Estados Unidos.

Por si lo anterior no fuese suficiente, una vez más, Olga Sánchez Cordero, anunció la semana pasada que venía a México una carava de 20 mil hondureños, calificándola pomposamente como la “caravana madre”. Aseveración que vuelve a ser desmentida. María Dolores Agüero, canciller de Honduras, molesta con México, afirmó que no era cierto, que no tiene sustento alguno; en cambio, dijo la canciller, sí se convierte en detonante para que otros hondureños pretendan abandonar el país, que haya migraciones irregulares. Por supuesto que Olga Sánchez Cordero hizo mutis, no dio respuesta a María Dolores Agüero.

La frontera sur de México convertida literalmente en una “coladera” de migrantes. No hay manera de detener la migración, unos lo hacer de forma regular y otros de manera abrupta, sin respetar las leyes mexicanas a grado tal que un grupo de centroamericanos llegaron a tirar la malla fronteriza por medio de la violencia.

A México se han “colado” migrantes buenos y muchos delincuentes, en tanto que las autoridades migratorias no tienen capacidad de dar orden al problema; una vez en territorio mexicano, muchos “desaparecen” buscando refugio; otros, como los secuestrados en Tamaulipas, son manipulados por la delincuencia organizada.

Todo esto ha traído como consecuencia declaraciones amenazantes del presidente norteamericano, quien advierte que, si México no detiene y subvenciona las caravanas de migrantes, cerrará la frontera con las consabidas consecuencias de pérdidas multimillonarias por el comercio que existe entre ambos países.

A Olga Sánchez la hicieron a un lado, tuvo que ser Marcelo Ebrard Causaubón, quien por medio de “tuitazos” se enfrentó con Donald Trump. En tanto que el Presidente de México, prefirió rehuir el problema del enfrentamiento, muy distinto, por supuesto, de todo lo que en campaña dijo y ofreció que haría una vez estando en la Presidencia, ofreció dar respuesta puntual a Donald Trump.

Ahora cínicamente el Presidente López Obrador, dice “amor y paz”, no tendrá confrontaciones con el presidente norteamericano; puntual a su costumbre populista, en una de sus giras preguntó al público asistente si querían que él se confrontara con Donal Trump, a mano alzada (por supuesto) apoyaron su propuesta de no a la confrontación.

De momento todo es un caos en el problema de los migrantes y no saben cómo resolverlo. El grupo que defiende los derechos de migrantes denominado “Pueblo sin Fronteras”, también se ha inconformado por el problema que no tiene pies ni cabeza.

Se prevé que ante la manifiesta incompetencia de la Secretaria de Gobernación, además de mitómana, el asunto caiga en manos del secretario de Relaciones Exteriores, quien seguramente tampoco resolverá el problema que ha sido manipulado por el populismo presidencial y ahora no encuentran la salida.

Todo ha sido caos y mentiras, hasta ahora, por parte del gobierno de la cuarta Transformación. Y los migrantes que se quedan en México, ya representan un severo problema. El gobierno no los quiere regresar a su país de origen; los gobiernos municipales deben mantener a esos miles de migrantes y no tienen recursos económicos suficientes, en tanto que el gobierno federal no los apoya; López Obrador les ofrece empleos que no existen y Olga Sánchez Cordero, en diciembre pasado dijo que el problema de los migrantes en Tijuana, había sido resuelto en 5 días y la semana pasada el presidente municipal siguió pidiendo auxilio para sostener a los migrantes hacinados por miles en galeras, lo que de suyo ha incrementado la delincuencia en esos lugares.

Uno más de tantos problemas que el gobierno de la cuarta Transformación, no sabe cómo resolverlo de manera pronta; sí en cambio la simulación los ha conflictuado severamente con Donald Trump, a quien no quiere molestar Andrés Manuel López Obrador, por temor a represalias. No cabe duda que el caos y las mentiras se hacen cada vez más evidentes en el gobierno de la cuarta Transformación.

Héctor Parra


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