C.P.P. Jesús Ramírez Cuevas, vocero del presidente electo

Sería extraño si un planteamiento de Andrés Manuel López Obrador no fuera controvertido, generando siempre posiciones muy a favor o muy en contra, pero rara vez permitiendo espacio para quienes buscan una respuesta en medio de los extremos.

La consulta sobre la construcción del NAIM no es la excepción. La posibilidad de la cancelación del proyecto y que esta decisión se tome basada en una consulta pública de la que varios cuestionan su metodología, tendrá a muchos sectores económicos del país a la expectativa del resultado. Aún antes de saber el desenlace, hay quienes ya le cuelgan efectos en el tipo de cambio y la modificación de las calificaciones a nuestro país, ¿en serio?

Este fue sin duda un año de incertidumbre para México. Hubo dos factores que internamente generaban esa incertidumbre, la palabra más peligrosa en economía. Las negociaciones de un tratado comercial con nuestro hostil vecino, así como las elecciones presidenciales que generaron mucha inestabilidad, particularmente la volatilidad del tipo de cambio, pero menos que lo supuesto por algunos.

Al inicio del mes de junio las encuestas sobre la contienda presidencial y la consolidación de AMLO como puntero generaron resistencias de varios actores del sector privado, público e incluso colaboradores de diversos medios de comunicación quienes buscaron espantar a los electores generando una tesis, sin método ni comprobación, de que la depreciación del peso frente al dólar se debía precisamente a los números que arrojaban esas encuestas.

En su momento, metiendo el hígado por delante, algunos conductores con credibilidad en el ramo financiero quisieron asociar la caída del peso a la consolidación de la campaña de AMLO, sin tomar en cuenta lo que pasaba en paralelo como las negociaciones del TLC y la guerra comercial de Donald Trump con los principales bloques comerciales del mundo.

Hoy que se vuelve a señalar a lo interno, particularmente al NAIM-AMLO, como causa de volatilidad económica, ignorando de nuevo al mundo entero. Estamos a menos de dos semanas de las elecciones en Estados Unidos, las tensiones de guerra comercial con China siguen escalando y el rumor de una nueva crisis mundial, similar a la de 2008, empieza a tomar fuerza entre los expertos. Estos son factores determinantes de movimientos en los mercados y en los valores de diferentes divisas del mundo como el peso, que es una de las mas negociada en el mundo y la más entre las economías emergentes.

Que la consulta del NAIM pueda abonar en alguna proporción a la alza del dólar, podría ser, pero es poco serio cargarle todo el peso de ese fenómeno. Evidentemente tiene sus riesgos el hecho de que se revierta la construcción de un proyecto asignado y en marcha, lo que podría mandar el mensaje hacia el exterior que si obras de esta magnitud se pueden echar para abajo, otras de menor envergadura podrían también ser canceladas.

La decisión final la tiene López Obrador, quien ya gobernó la capital del país y fue prudente en sus decisiones. Ni la consulta y su resultado es la razón principal de la inestabilidad del peso, ni tampoco hay loco que coma fuego, ni AMLO está loco ni me parece que coma fuego. Varios adelantan resultados y consecuencias, basados en metodologías tan cuestionadas como la misma de la consulta. Pronto conoceremos la decisión y sus verdaderos alcances, los positivos y negativos, pero sin inventar, como muchos lo han hecho.