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C.C.P. Luis Videgaray Caso

Por Arturo Maximiliano García - 24/08/2015

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

C.C.P. Luis Videgaray Caso Secretario de Hacienda y Crédito Público Don Luis, es de sabios cambiar de opinión y parece haber indicios de que Usted […]

 C.C.P. Luis Videgaray Caso

C.C.P. Luis Videgaray Caso

Secretario de Hacienda y Crédito Público

Don Luis, es de sabios cambiar de opinión y parece haber indicios de que Usted está a punto de hacerlo. Hace casi tres años diseñó junto con su equipo una receta de política fiscal para reforzar las finanzas públicas de la federación, misma que incluyó nuevos impuestos y otras disposiciones que sin duda fueron recaudatorias.

Parecía importante para la estrategia del gobierno federal que el Estado tuviera más recursos y desde ahí detonar no sólo el crecimiento de la economía a través del gasto sino, probablemente, también la redistribución de recursos vía los programas sociales entre una población con disparidades visibles. La política sería tomar parte de las decisiones de consumo de las manos de los particulares y ponerlas en las de la federación para tomar un papel preponderante en las decisiones de gasto.

Sin duda se preveía un escenario de una mayor prosperidad para los primeros años del gobierno del presidente Peña Nieto, basado en la percepción de un país que despegaría a partir de las reformas estructurales abriendo la inversión principalmente en los sectores energético y de telecomunicaciones. Como todos sabemos, los precios del petróleo frustraron las expectativas del gran impacto económico que tendría la reforma energética y en materia de telecomunicaciones; aunque fluyen las inversiones, éstas se han dado con menor celeridad de lo que se esperaba.

Sin embargo, no siempre fueron los precios del petróleo la causa a la que se le achacó el bajo crecimiento. El primer año se criticó que el gobierno federal no estaba gastando los recursos, que siendo un gran actor en la fórmula que compone el Producto Interno Bruto, la federación no sabía cómo o no había querido poner a circular dinero en la economía. Para el 2014 se auguraba ahora si un crecimiento mayor al 3% pero durante el año las expectativas fueron bajando hasta finalizar en un 2.1%.

Este año parecía que por fin podrían hacerse buenos los pronósticos de crecer por arriba del 3%, pero una serie de variables han complicado el panorama nacional y se han venido reflejando en una mayor incertidumbre de los consumidores y las empresas que hoy no ven a corto plazo una recuperación en su economía.

Más aún, la reforma fiscal de 2013 tan criticada en su momento, probó ser anticíclica partiendo de que si bien México no está en una recesión técnica sí hay un bajo crecimiento económico que requiere de más inversión, generación de empleos y gasto para poder salir del bache en el que nos encontramos, pero que las disposiciones fiscales son en sí un obstáculo para todo esto.

Hoy otros males aquejan y amenazan la economía como lo es la paridad peso-dólar, donde el valor de la moneda norteamericana se ha disparado a máximos históricos y no parece ceder. En este sentido, el sector empresarial que tiene contratada deuda en dólares junto con quienes tendrán que renovarán sus inventarios con bienes importados o los industriales cuyos insumos para producir los adquieren en dólares han manifestado su preocupación e incluso han adelantado que de persistir esta situación tendrán que subir sus precios.

Todas las circunstancias anteriores, conjuntamente con la presión de las cúpulas empresariales y seguramente elementos de cálculo político, han hecho que el gobierno haya dejado entrever la posibilidad de lo que por tanto tiempo se negó que pudiera ocurrir, un replanteamiento de la reforma fiscal de 2013.

Se habla ya que la propuesta que pudiera presentar el Ejecutivo al Congreso en septiembre próximo contendría modificaciones que en principio reincentivarían la economía permitiendo la deducción total de las inversiones en el mismo año en que se lleven a cabo, así como también la deducción de las prestaciones laborales de los trabajadores. Otros hablan de un aumento al IVA a cambio de una baja en los impuestos directos como el Impuesto Sobre la Renta.

Me es difícil entender un movimiento en la política fiscal sin el visto bueno de Usted, donde de manera reflexiva y ante los imprevistos con respecto a las variables económicas que se han presentado en los últimos dos años, en el país se permite hacer un replanteamiento para impulsar la inversión y la generación de empleos. Si bien hay quienes pensaran que debió reconocerse esta necesidad antes, me parece que el momento es todavía oportuno y echa por los suelos una imagen de un funcionario que, en aras de defender sus posiciones hasta el final, no admitiera la posibilidad de cambiar de estrategia.

Si esta potencial decisión lleva en sus entrañas un cálculo político, es totalmente justificable, toda vez que las decisiones políticas y económicas comúnmente llevan un paralelismo innegable. Es difícil recordar una campaña, no sólo en México sino en el mundo, donde el buen o mal rumbo de la economía no juegue un factor fundamental en la decisión de los electores.

De presentarse una contrarreforma parcial a la política fiscal sería una gran noticia para el sector productivo mexicano, una bocanada de aire ante una situación económica compleja y una señal, Don Luis, que la Secretaría de Hacienda que Usted dirige tomará las decisiones necesarias, al margen de supuestos egos, para que haya un repunte económico que tanto necesitan los mexicanos.

Arturo Maximiliano García

Orgullosamente queretano. Apasionado de la política, la economía, las leyes y los medios. Barcelona , PUMAS, Steelers, USC y Yankees mis equipos.


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